Voy a hablarte de Francisco, caudillo del Amor.
Francisco, luz de lo Alto, sonreíste al Amor.
Viviste encendido de amor, tú que sembraste amor.
De ti quiere hablar el Amor.
Flor fecunda de amor fue tu vivir.
Enseñanza de perdón fue tu doctrina.
Viviste en la cruz del amor.
Tu vida fue destello de amor.
¡Qué bella era tu alma!
Como una flor de agradable olor.
Fuiste luz de mi luz.
¡Pobreza! ¡Qué gran gozo te ha dado en el cielo!
¡Pobreza! ¡Qué gran Señor fue tu recompensa!
Luz era tu mirar.
Luz era tu hablar.
Luz de amor tu cantar.
Tú pobre en Mí.
Y Yo en ti grande por ti.
Tú vivías en Mí, y Yo en ti era amado y glorificado.
Caminaste descalzo y ahora, rico de amor, vives en el Reino de Dios.
Seguid el camino que él lo llevó al Amor por amor y lo extasió de amor.
Lumbrera refulgente eres para la Iglesia que camina hacia el Padre en este destierro.
Tu Amado por ti, amando se dio a ti,
Pues era amado el no Amado, y de ti siempre vivió amado aquel Dios desamado.
Oh Dios Padre, ¡qué grande es el Hijo pobre por amor al Amor!
La luz brilló en la tierra por la pobreza y humildad del Siervo de Dios.
Mi luz fue vida en su vida.
Sed pobres: que el pobre rico será en Mí.
Fuiste flor de amor.
Y Yo tu amor, unido en tu amor, fui amado y por ti glorificado.
Francisco, eres delicia de Dios.
Bendito seas, pobre por Dios.
Te ama el Dios del amor.
8 de septiembre de 1982.
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