La Fuente de Amor

Cristo es luz. 
Cristo es vida. 
Cristo es salvación. 
Por eso con gozo 
cantad al Dios Hijo, 
que amándoos está. 
 
Yo soy, hermanos, 
el Dios de verdad. 
Yo soy el Cordero 
que vida os da. 
 
Yo soy la esperanza 
que os fortalecerá. 
Yo soy la hermosura 
y la beldad. 
 
Yo soy el camino 
que os enseñará 
la vida en verdad. 
 
Hermanos Aliados 
aquí en vosotros está 
la fuente perenne 
de gran santidad. 
 
Yo soy el Dios Hijo 
que os reanimará, 
y vida del Padre 
os transmitirá. 
 
La luz de lo alto 
a la tierra bajó, 
revistiéndose de hombre 
para daros amor. 
 
Yo soy víctima viva 
que os ama en verdad. 
Yo soy el Dios hombre 
que amándoos está. 
 
Venid al Cordero 
y comed en verdad, 
pues soy alimento 
que os sanará. 
 
 
Yo soy el hermano 
de aquel hombre necio 
que busca el consuelo 
en cosas efímeras. 
 
Venid y veréis 
que Yo soy el cielo 
y este destierro  
fenecerá. 
 
Yo soy el amor 
y sufro por vuestro 
gran desamor. 
 
Cantad al Amado, 
cantad con vigor 
al Dios que es hermano  
del hombre pecador. 
 
Yo soy el camino. 
Yo soy la verdad. 
Yo soy el Dios hombre 
que os salvará. 
 
Hosanna en el cielo, 
pues Yo soy el cielo 
que latente está 
muy dentro del hombre 
deseoso de amar. 
 
Venid al Cordero. 
venid y cantad 
al Dios que muriendo  
os vino a salvar. 
 
Yo soy la cruz viva 
que deseoso está 
de dar al mundo la vida 
y toda mi amistad. 
 
Que calle ya el hombre; 
que no tema más, 
que el Dios de los cielos 
os perdonará. 
 
Son muchos los hijos 
que se perderán, 
si viven inmersos 
en sólo maldad. 
 
¡Oh hijos amados!, 
no seáis necios 
y ved que vosotros 
debéis sólo amar 
al Inmaculado, 
al Hijo de Dios. 
 
Yo quiero que el hombre 
renazca en verdad 
y siga el camino 
de la santidad. 
 
Corred presurosos 
al Dios humanado, 
que os abre con gozo  
su gran corazón. 
 
La lanza del hombre 
abrió la morada, 
donde el hombre justo 
podría ahí entrar. 
 
Ahí todos juntos 
podréis encontrar  
consuelo y alivio 
en toda enfermedad. 
 
Yo soy el Dios Hijo 
que al hombre le amo 
y vivo deseoso 
de vuestra amistad. 
 
Seguid al Amado, 
alianza del cielo. 
mirad al Cordero 
que es grande consuelo 
para todo mortal. 
 
Las aves me cantan. 
El sol brilla más, 
cuando hablo a vosotros 
de amor y de paz. 
 
Que cese ya el odio. 
Que el hombre no busque 
pecar y matar. 
 
Que brille la aurora 
y el sol salga ya. 
 
Mirad a lo alto. 
Tended a cantar, 
que el Rey de los cielos 
os vuelve a exhortar: 
 
Cantad, todos juntos. 
Cantad en verdad. 
Yo soy el Dios Hijo 
que es todo bondad. 
 
Allá en el Calvario 
os dije en verdad: 
‘os amo, hijito, 
y os doy por heredad 
a la Madre amorosa 
que os salvará.’ 
 
Mirad que ya es hora 
de esta verdad. 
Seguid ya la huella 
que os he trazado ya. 
 
Pobreza os pido, 
amor y verdad;  
pues Yo soy el Hijo 
que os llenará 
de luz y verdad. 
 
Yo soy el Dios hombre. 
Yo soy vuestro Dios. 
Yo soy la esperanza. 
Yo soy salvación. 
 
Cantad, hijos todos, 
que es día de verdad, 
y dad al hermano 
consuelo y amor. 
 
Yo os digo, hijitos 
de mi corazón, 
que es grande el portento 
que os habla en verdad. 
 
Yo soy, hijos míos. 
Yo soy el dador 
de todo lo eterno, 
pues Yo soy el cielo 
y es grande el Dios hombre 
Que os exhorta al amor. 
 
No seáis insensatos. 
Vivid ya en amor 
y sed generosos 
y dad siempre al hermano 
vuestro perdón. 
 
La vida fenece; 
pero ya recordad 
que existe otra vida 
que es eternidad. 
 
¿No veis que el Consuelo 
deseoso ya está 
de abrir ya sus brazos 
deseoso de amar? 
 
Cantad ya, Aliados, 
cantadle al Amor, 
que está revestido 
de carne inmortal. 
 
Yo soy, hijos míos. 
Yo soy el que soy. 
Yo soy el Dios hombre 
que en este destierro 
os ayudará. 
 
Venid a la vida 
y pronto saciad 
vuestro anhelo 
de sólo amar. 
 
Que ya el mundo entero 
escuche mi voz, 
y dé ya al Amado 
el amor tan deseado. 
 
Que el canto de Alianza 
resuene doquier. 
que escuche la tierra 
que existe su Dios 
y que todo hombre 
venga a la verdad. 
 
Yo soy, hijos míos, 
vuestra heredad. 
Yo soy la verdad 
que os llenará  
de luz y de paz. 
 
Cantad al Cordero, 
Aliados del cielo, 
que es grande portento: 
es amor y verdad. 
 
 
15 de enero de 1983.

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