Nos levantamos tempranito para prepararnos para la celebración de la Santa Misa. El Señor me dijo:
“Prepárate debidamente para recibirme. Deseo estar en ti sacramentalmente.
Deseo renueves tu entrega.
Yo soy el Padre que te ama.
¡Gracias por aceptar mi amor y por ser fiel a mi deseo!
Ven a Mí cuando estés agobiada.
Recuerda que Yo, tu Dios, deseo tu felicidad.
Gracias te doy por ser un miembro de mi Comunidad.
Sigue fiel a las inspiraciones que mi Espíritu te vaya indicando.
Él te guiará y te hará sentir mis deseos.
También quería decirte que repartáis el agua bendita en nombre de la Trinidad a todos aquellos que la requieran por su salud y bienestar. Yo los aliviaré. Que al hacerlo lo hagan con espíritu de fe.
Ven y pídeme lo que tú desees.”
A lo cual mi alma, deseosa de amar a mi Dios y de entregarme completamente le contestó: Señor Padre y esposo mío. Yo lo único que deseo pedirte es aumentes mi fe y que yo sea siempre amante y fiel a ti, y que en todo momento piense en darte honor y gloria.
El Dios Padre me dijo:
“Deja besar tu frente y abrazarte”.
En ese momento mi alma se llenó de un profundo gozo y agradecimiento, y yo, como una niña en brazos de mi Padre, sentí su amor y su calor.
Dios Padre me dijo:
“Me complazco en ti.
Eres mi alma preferida.
Diles a los demás que en lo alto hay un Padre que los ama y que estoy en este mundo con ellos en todos los momentos que soliciten de mi amor y misericordia.
Yo soy el que crie al hombre por amor y para el amor. Y todo lo hecho por Mí es para que el hombre confíe en Mí y crea que hay un Ser supremo, creador de todo lo bello, para que el hombre viva gozoso.
Eres como paloma pura y hermosa.
Yo te amo.
Sé pobre para merecer.
Sé entregada para que se te entregue.
Sé perseverante para recibir.
Sé orante para que seas perseverante.
Sé amante para que recibas mi amor en plenitud.”
Yo renové mi entrega en mis propias palabras, y el Padre complacido ante mi entrega me dijo:
“Ven, esposa del Padre, a descansar y a amar a Aquel que sirvió de víctima en expiación de los pecados del hombre y de los tuyos en especial.
Yo soy tu Dios que llenará cualquier vacío, por grande que sea, de tu corazón.
Ven y sacia tu sed en el mar inagotable de mi corazón; en él encontrarás paz, humildad, generosidad, sabiduría, riquezas nunca imaginadas, las cuales el hombre desprecia por no creer en la presencia de Dios en él.
También seré fuente de innumerables gracias que quiero repartas a los hombres.
Sé como una avecilla que con voz delicada alabe con oración y penitencia y oblación al Dios eterno y soberano.
Ama a mi Padre, y, al amarlo, me amarás a Mí.
Dale gloria y Yo seré glorificado.
Vela por sus cosas, y Él y Yo velaremos por las tuyas.
No veas atrás.
Nunca retrocedas; por el contrario ve hacia delante.
Siempre tus ojos puestos en la omnipotencia de un Dios que busca el consuelo y la entrega a toda creatura.
Alábame con tu entendimiento y glorifícame con tu constante oración y abandono.
Mira que Yo soy principio de todo y eternidad.
Mis ovejas me reconocen desde siempre y Yo a ellas.
Ellas me aman y Yo las reúno bajo mi custodia.
Ellas oyen mi voz y Yo acudo a su llamado.
No perdáis ni un minuto de vuestro existir, que de cada segundo desperdiciado daréis cuenta al Padre.
Vigilad vuestros deseos.
Sed cautelosos y prudentes en vuestra conducta.
Atraed la mirada de los que os odien con vuestra caridad.
Tomad con gusto la cruz de cada día para morir crucificados por amor.
Sacrificaos en todo, que el premio será de gran valía.
Mirad los peces del mar, las aves todas y cada una de las flores con toda su belleza; vosotros tenéis lo máximo que ellas no tienen: a vuestro Dios dentro de cada uno de mis amados hijos, descendientes de Eva.
Seréis como blancas azucenas al pie de mi presencia, dando honor y gloria a quien todos debéis tributo y honor.
Velad para cuando seáis llamados a cuentas, que ahí os pesará el haber sido insensatos.
Vivid en oración en todo momento, cumpliendo vuestros deberes y participando activamente en mi Iglesia.
Vosotros, cada uno, debéis ser como abejas que trabajan para su reina.
Que, a imitación de ellas, seáis fieles servidores del Dios único y eterno.
Ese día seréis llamados a cuentas con absoluta severidad.
La vida se os ha dado para ser fieles y amantes y llenos de amor.
El amor será balanceado.
Todas vuestras obras, sean buenas o malas, quedarán con verdad y justicia descubiertas ante la presencia del Dios supremo.
No os envanezcáis de cosas superfluas.
Buscad la verdad que os llevará al Padre a gozar del premio que tiene determinado.
Orad y vigilad, no sea que en aquella hora de la verdad estéis sin vuestra lámpara encendida.
Yo soy vuestro Rey, que os hará justicia y con voz llena de poder os llevará ante el Padre o determinaré vuestra absoluta condenación.
Ahí el castigo será el odio y la falta de amor.
Todo será confusión y desolación.
Seréis almas maldecidas por mi Padre.
Almas que, habiendo podido ser fieles al llamado hacia la santidad, prefirieron pecar para ponerse en enemistad con su Dios.
Gloria a mi Padre, y en Él a Mí, y a Aquel que es luz y fortaleza.”
Mi alma parecía estremecerse al oír esas severas sentencias, pero más que otra cosa pensé en todos los años perdidos en cosas tan horribles que fueron ocasión de pecado y alejamiento de mi Dios. Él siempre misericordioso, esperando mi respuesta y yo tan esquiva. ¡Oh mi Dios! Que mis muchos pecados sean perdonados y tu misericordia no se haga esperar en aquel terrible momento.
Que yo busque la paz y la alegría en ti.
Tú eres el cielo para el alma que se entrega a ti.
Tú eres la música que cautiva mi alma.
Señor, Tú eres mi seguridad.
Yo sé que Tú eres la solución a todos los problemas.
Tú eres nuestra paz y gozo.
Señor, ¿por qué el hombre es torpe si lo tiene todo en ti, Señor?
Yo soy la primera en no tener fe en tu misericordia.
Ayúdame a ser fiel a tu amor.
Tú suplicas amor y yo sólo te doy ingratitud.
Dame fuerza de voluntad para vivir en gracia y decisión para perseverar en tu amor, y humildad para ver en cada hombre tu imagen, amor a la adversidad, firmeza en mis resoluciones, amor sin decir no a la cruz y al dolor, deseo de mayor perfección.
16 de Julio de 1981.
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