Este día lo pasé con calma, pero con deseo de ser mejor en la presencia de Dios. Me ofrecí a mi Dios, y Él me dijo:
“Yo te amo.
Estoy en ti.
Búscame y ámame.
Deseo ser amado.”
El Señor me explicó cómo a la Sta. Madre un ángel traspasó su corazón.
“A ti mi Padre ha puesto su mano en tu corazón, para quemarlo y encenderlo, y así unirse en perfecto amor.”
5 de julio de 1981.
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