Beso de Dios

Yo soy el beso, porque beso a las almas que aceptan mi amor. 
Yo soy el creador del beso. 
El beso en Mí debe ser diáfano, limpio como el agua, transparente como la luz y amoroso como Dios es cuando se entrega a sus almas. 
El beso es señal de veneración, de amor, y de deseo del uno para el otro. 
 
Hay besos santos y besos indeseados. 
Besos que unen en Dios y santifican, y besos que pierden a mis almas y las condenan. 
 
El beso en Dios debe ser como la flor, delicado. 
Que nada marchite esa flor que es vuestra propia alma. 
 
Amaos en Mí. 
Sed sencillos y puros. 
No os apartéis de las leyes de vuestro Dios. 
Amaos en Mí y Yo os bendeciré. 
 
Amor, entrega, gloria al Dios creador de todo lo bello. 
Os beso con amor puro de vuestro Dios. 
 
                                                  .          .          . 
 
Aplico todas estas interpretaciones a lo humano, siendo que soy Divinidad, ya que el hombre necesita de paradojas para poder interpretar lo que es Dios. 
Pero Yo soy mucho más, ya que a mis almas enamoradas de Mí, a las cuales doy a gustar de mi amor y lo experimentan, les doy a sentir un poco de lo que es su Dios. 
 
Porque Yo soy todo, encierro todo y hago sentir felicidad y amor. 
Y el alma que experimenta mi amor está llena plenamente de todo lo que humanamente hubiera deseado, porque Yo soy un Dios inmensamente generoso y el alma queda sosegada y completamente embriagada del néctar de mi amor, sin que desee otros amores. 
Ama a todos en Mí, pero sin ya desear el amor humano. 
Aunque se amen, el amor del hombre al hombre deja vacío el corazón del mismo hombre. Sólo Yo lleno en plenitud y sacio la sed de amor de que sufre el hombre. 
 
                                                  .          .          . 
 
Si el amor de un hombre, que es creatura mía, es tan grande, sublime e inmenso y te llena de gozo y alegría, ¿qué será el amor de tu Dios, que es infinito, grande, majestuoso, puro e inmensamente inmaculado? 
Gózate de mi amor, valora mi amor y vive de mi amor y para mi amor. 
Yo soy el amor, y por eso el creador de todos los amores.  
 
2 de julio de 1981. 

Comparte esta publicación:

Share on facebook
Share on twitter
Share on whatsapp

Copyright © Todos los Derechos Reservados.
Se puede compartir e imprimir para fines apostólicos.
El material en esta página web irá aumentando.