Tú puedes destruir mi Obra o hacerla exaltar.
Siendo alabanza de Dios la podrás exponer ante los demás.
Si tú no practicas las virtudes teologales de fe, esperanza y caridad, la destruirás.
Gózate en Mí.
Ahuyenta de tu corazón lo que te aparte de Mí.
Remonta tu espíritu hacia Mí.
Yo soy el agua viva que purifica.
Apacienta con tu amor, verdad y caridad a mis almas atribuladas.
Retribuye a tu Dios con el ejemplo de tu vida y amor cuanto don te otorgue.
Vive la esencia de mi palabra.
Valora con tu rectitud y proceder cuanto tu Dios te ha dado.
Da gozo a mi Espíritu.
Fortalécete de Él.
Gózate en Él.
De Él provendrá tu paz y tu fuerza.
Explota el Misterio Trinitario revelado a ti.
Sé alma de oración suplicante.
Alaba con tu vida al Padre que te ama y al Hijo que te pide oblación y santidad para ejemplo de los demás.
Mi Espíritu quiere posar siempre en ti.
Dale tu amor.
Tu alma entregada será ricamente ataviada y se hará cristalina para que la gloria de Dios que vive en ti sea reconocida.
Sublima tu vida.
Anímate dando todo cuanto tienes por don de Dios, para que Yo sea amado y reconocido.
Purifica tus sentidos.
Aliméntate de Mí.
Yo soy el Pan que da fuerza y nutre al alma.
Ahuyenta de ti la maldad.
No te dejes vencer por tus impulsos.
Ora ante Mí y serás alma perfecta.
Inquiétate por mis cosas.
Sé sencilla.
Toma seriedad en el ministerio que se te ha encomendado.
No me entristezcas.
Yo soy tuyo y te amo. Tú eres mía.
Quiero ver en ti la esposa deseada.
Comienza por quitar los obstáculos indeseables que me ofenden.
Sé caritativa, perseverante, sumisa, orante, humilde, silenciosa, noble y sincera.
Ponte en mi presencia.
Quiero regalarte dones que deberás dar a los demás.
Aquieta tu espíritu.
Toma fuerza en la oración.
Oculta todo tu ser.
Tus potencias ponlas a mi servicio.
Vive internada en Mí. Yo soy vida y amor.
Consúmete para Mí.
Salva almas para tu Dios.
Santifica tu vivir.
Extática en Mí, recoge el sufrimiento en el silencio de tu ser.
¡Oh alma!, que la disipación no te aparte de Mí.
¿Serías capaz de despreciarme?
Mira, hija de mi amor, que vivo en ti, solamente esperando tu llamado a mi amor.
Te amo.
Si conocieras quién es el que te habla, tu alma se espantaría y quedaría sin fuerzas ante mi presencia.
Me manifiesto ante ti ocultamente porque si me contemplaras tal y como soy, tú morirías.
No desoigas este llamado incesante de un Dios que te requiere y busca tu amor y compañía.
Únete a Mí.
En mi Obra tendrás lo que tu alma ha buscado.
Tu amor es necesario, tu dedicación, y perseverancia, tu entrega, tu oración a mi Padre, quien te ha elegido por su infinita misericordia.
Vive tu fe e irrádiala a los demás.
No manifiestes ingratitud para tu Dios.
Mira que soy agua que da vida.
Soy sol que da calor.
Soy bienestar que santifica.
Soy clama en la tempestad.
Soy luz en las tinieblas.
Soy gozo en el dolor.
Soy fuerza salvadora.
Soy soledad armoniosa.
Soy juventud que embellece.
Soy brisa que suaviza.
Soy Dios verdad de fe.
Soy Hijo del Padre.
Soy cruz que purifica.
Soy piedad y sanación.
Soy Yo quien obra en el alma.
Soy el Santificador.
Soy gloria para el hombre.
Mi voz escuchas tú.
No calles con tu desamor esa voz que te sostiene y te habla por el amor que siente por el pobre pecador.
Yo soy el que reparto los dones del excelso Dios.
Soy Dios Trinidad absoluta.
Soy la regeneración del hombre.
El que con él quiere hablar.
Soy ciencia que transforma.
Soy fuente de bondad.
Soy arrullo en el alma sosegada.
Soy vida en el que se da a Mí.
Soy gloria anticipada.
Soy vida y quietud.
Soy fuerza que embellece.
Soy Dios en plenitud.
Soy gozo que enriquece.
Soy fuego que enloquece.
Soy fuente de bondad.
Soy Dios Trino y Uno.
Soy Padre, Cristo y Fuego.
Soy el Dios Trinidad.
Alábenme los hombres.
Denme honor, amor y consuelo.
Yo soy el dador de todo cuanto el hombre tiene.
Soy Dios que permanece en ti, quieto como el amanecer.
Sublime soy.
Amante también soy.
Perseverante en mi llamado.
Celoso respecto a ti.
Inquieto en entregarme y feliz al darme.
Te amo, esposa mía.
Reserva tu tiempo para Mí.
Vive pensando en este Dios que busca ser amado.
Glorifícame.
Soy tu Dios Trinitario, sublime Majestad.
Soy la magnificencia, la longitud y la altitud.
Soy omnipotente.
Soy cruz que irradia vida.
Soy ternura y bienestar.
Soy dador de virtudes.
Soy amor y sólo amor.
Dame amor.
Te amo.
Arrebatado estoy en ti.
Soy Yo. No temas.
Purifícate.
Ámame.
Gózate en Mí.
Yo soy el principio y el fin.
Soy un Dios desconocido.
Soy el amor.
Soy la inquietud que da sosiego.
Soy fuego que arrebata.
Soy consuelo y soy amor.
La cruz es del Dios hombre.
Ayúdame, ayúdame, que estoy loco de amor por el hombre.
Sosiega tu corazón.
Te amo.
Soy el Padre que te ve y se goza en ti cuando te das a Mí.
Soy el Hijo que te llama a la hora del amor.
Soy el Dios que te ilumina y da paz al corazón.
Soy tres Personas distintas, pero la verdad de fe es que soy un solo Dios.
Ámame.
Búscame.
Estoy en ti –no lo olvides.
Da el tiempo a tu Dios.
Conságrame tu vivir.
Vive pensando en Mí.
Ámame y consuélame.
Da gloria al eterno Señor.
Gloria, amor y alabanza al Dios Trinidad Augusta.
A mí todas vuestras vidas.
Ante Mí todo el loor.
Vive en Mí y serás justa.
Piensa en Mí y no pecarás.
Búscame a Mí y te enriquecerás.
Yo soy tu paz, tu alegría y tu vida.
Te amo.
-Este ardor con dolor es la manifestación de la presencia del Espíritu de Dios en ti.
28 de Febrero de 1982.
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