Amor

Yo soy el misterio y la realidad. 
Yo soy la bondad personificada, el amor hecho poesía, el ser personificado. 
Yo soy la belleza increada e invulnerable. 
Mi hermosura es sobre toda hermosura, y por mi hermosura se hermosea vuestra hermosura. 
 
¿Ves qué fácil es encontrar a Dios? 
Dios no tiene tiempo. 
Dios no tiene casa. 
Dios mora dentro y mora fuera. 
Yo soy el Dios patente. 
 
Cuando se piensa en Mí, todo se ve en Mí. 
 
¿Por qué te avergüenzas de ese amor, si Yo conozco ese amor y permito ese amor? 
 
El amor no se mide, sino se da. 
El amor es como un destello de multitud de estrellas. Si tú las quisieras contar, sería para platicar la multitud de estrellas. Pues es exactamente lo mismo con el auténtico amor. Nunca se podrá explicar cómo es el amor. 
El hombre se limita a decir: “Yo la amo; ella me ama”; pero nunca podrá comprender en qué consiste el amor. 
 
El amor es ternura, es bondad, es asombro, es desatino. 
El amor saca valentía. 
El amor es incomprensible. 
El amor es como la eternidad. 
El amor no tiene dimensión. 
El amor hipnotiza al alma, la embellece, la transforma, la agiganta, la enciende, la ensancha, la une a lo que ella ama. 
Y muchas veces la persona que ama se identifica con la persona amada. 
Muchas veces los dos amantes por el mirar, por el hablar, por el sonreír, por el caminar, por su serenidad, se asemejan. 
El amor hace semejantes a los que se aman. 
Por eso las almas que se dan a Mí se asemejan tanto a Mí. 
Los demás ven en ellas algo de Mí. 
 
Que tu caminar sea mi caminar. 
Piensa no en el caminar físico, sino en cómo empleé mis pasos, para qué y por qué los empleé. 
Caminaba para buscar a las almas y atraerlas a Mí, para darles amor, y pedirles amor y abrazarlas en Mí. 
Ahora comprendes en qué consiste asemejarse a Mí y reflejarme a Mí, porque al buscarme a Mí y al amarme a Mí, tienes que parecerte a Mí. 
 
Yo, después de María, mi Madre, de todas las mujeres que se unían a Mí y me seguían en mis prédicas, a la que Yo más buscaba y más deseaba era María (Magdalena). Sus besos me consolaban y fortalecían. Sus lágrimas me enternecían, y su entrega me hacía pensar: “no todo es fracaso; también hay almas que me aman y se dan a Mí.” Su sencillez y su ternura hacían que mi corazón se vaciara en el de ella. 
 
Piensa siempre en el amor eterno; escóndete en ese amor; húndete y piérdete en él; desahógate en él, y purifícate para él. No soy más que un mar; soy inmensamente más que el mar. El mar es como una gota que se pierde comparado con el amor de Dios, porque Dios no es el mar, sino el mar es un reflejo de la majestad e inmensidad del amor de Dios. El mar tiene profundidad y el amor de Dios no tiene profundidad; es eternidad. 
 
Quiero que seas como una niña inocente en el hablar, prudente en el obrar, sabia en el pensar, dócil, pura, sencilla, humilde, tierna; pero, al fin, niña que corre precipitada, llena de amor, a los brazos de tu Padre, que soy Yo. 
Tú para Mí no tienes edad. 
Tú para Mí significas amor. 
Tú para Mí eres mi idea. 
Tú para Mí eres mi consolación. 
Tú para Mí eres mi pensar. 
Tú para Mí eres mi desear. 
Todo esto eres para Mí. 
 
Tu director espiritual es mi predilecto, mi ungido, mi mano, que es la mano que dirige tu vida en Mí y para Mí. 
Es como la frescura de una enramada, que me da alivio y me da consuelo. 
La gratitud es un don creado por amor. 
Es para Mí como el volar de un águila, que cruza la inmensidad del cielo y atrapa las almas y las deposita en Mí. 
Es mi fortaleza, mi ciencia, mi serenidad, mi alegría, mi ternura, mi pureza, mi esencia. 
 
Le quiero infinitamente más de lo que tú le amas; y él me ama más de lo que cree y piensa. 
Ámalo en Mí y para Mí. 
Entrégale a él tus palabras, tus inquietudes, tus alegrías, tus pensamientos, para que él los rija y los encauce a Mí. 
Él será tu sostén en Mí. 
 
 
Guadalajara 12 de febrero de 1981. 
 
 
Tu deseo, hecho por amor, es ideal en el amor. La virtud de la esperanza está envuelta en desear el bien y esperar todo en el amor y para el amor. 
El desear el bien es aumentar el deseo de amar y, a la vez, purificar todo lo exterior e interior. El amor es deseo y entrega, y al consumarse el amor hay más comunicación en la dimensión o extensión del amor. 
Desea con rectitud, y el amor en Dios será una cosa sublime. 
 
— Muchas veces el amante no piensa igual que el amado. Cuando Yo visitaba a mis amigos en Betania, deseaba reposar y muchas veces extender mis pies en actitud de reposo; y María lo que hacía era bañar mis pies, pero con su profundo amor y en su empeño de complacer al Amado el agua derramada en mis pies por amor hacían el perfecto descanso para el Amado. El agua del amor sostenía mis pies. 
¡Oh cuánto encierra y contiene el deseo en amor y por amor! 
Es mi consuelo, bienestar, deseo, fortaleza, sostén interior y exterior. Voluntad en amor y pureza de amor. 
 
 
12 de febrero de 1981. 
 
 
¿Qué te importa el desprecio si el que te ama y habita en ti es el Creador del amor? 
¿Qué te importa el dolor si el maestro del amor sufrió tanto dolor? 
¿Qué te importa que las criaturas no te den un poco de amor, cuando te ama el Amor? 
Amando a las criaturas en Mí las atraerás a Mí. 
Ámale a él en Mí y vuestro amor os unirá más a Mí. 
 
Soy como un sol de amor, lleno de amor. De este sol brotan como chispitas de amor; ésas son tú y él. 
Amaos en Mí y para Mí. 
 
Tu director espiritual es suave y delicado, y Yo le trato con dulzura y finura. Se ve que comprende ya el dialecto del amor de su Dios. 
¡Es tan sencillo acercarme al hombre! Uso de mi ciencia suprema y me adapto al pensamiento, al temperamento, y a la situación del alma. 
 
Tú eres diferente. 
Tú eres fuego que abrasa y enternece. 
Eres un poco frívola. 
Eres tierna y sensible. 
Eres como una paloma. 
Eres dulce, muy dulce. 
Eres romance hecho flor. 
Eres como el canto de un ruiseñor: sonoro, melodioso y tierno. 
Eso eres para Mí, para tu Dios: indecisa, circunspecta, atolondrada, misteriosa, sensible en el padecer, iracunda, pero noble. 
 
Eres amante y entregada al amor. 
Necesito aún más de tu amor. 
Me gusta el modo en que me amas, pero me complacería si aumentaras tu amor para Mí. 
Sonríe para Mí. 
Tranquilízate en Mí. 
Sé fiel y siempre abrázate a Mí. 
 
Yo soy tu Amante.  
Soy el Siervo de los siervos. 
Soy el Mediador. 
El que necesita de ti, y el que desea que sea que seas completamente abierta al amor. 
 
Vive en comunión conmigo. 
Enséñate a valorar las cosas sublimes que te doy. 
Ámame y confíate a Mí. 
Deséame en cada instante. 
Yo te escucho, pero también tú escúchame a Mí. 
Os amo. 
Bendito el amor que os une para Mí. 
Yo, el verdadero Amor, bendigo vuestro amor. 
Consoladme. 
Os amo. 
 
Tu caminar saleroso es como la frescura del agua de un manantial. 
Señor, yo nada soy, sino una basura.- Para tu Dios eres bella, porque eres semejanza de Dios. No quiero que me digas más que eres basura; pensaría que crees que eso es mi sangre. Recuerda que la derramé por ti. 
 
– Su alma (de tu director espiritual) es como el verdor de un trigal, como el viento impetuoso que desafía a la tempestad. 
Su amor es frescura al corazón de su Dios. 
Vosotros sois mis amados. 
 
Yo, el Infinito, os bendigo y os doy mi amor. 
En este día en que el mundo no valora en esencia la palabra amor, Yo, el Amor, bendigo ese vuestro amor. 
Amadme, que el Dios hecho amor os ama. 
 
13 de febrero de 1981. 
 
Hoy el mundo festeja el día del amor. 
Yo os felicito por vuestro amor. 
El Bienaventurado está entre vosotros para gloria del Padre. 
Os he repetido muchas veces: Os amo. Amadme. 
Te voy a dar un mensaje de amor para que te acuestes y duermas pensando en Mí: Jn 11, 1-44. 
 
– Tu canto es sonoro cuando me cantas amándome. Para el Amado todo es belleza y gracia de parte de la amada. Tú y él sois mis amados. 
 
– Yo os quiero mucho más, inmensamente más. ¿Comprendes? 
Recuérdalo y tenlo presente. 
Te amo. Os amo. 
– Tu Dios llora por ti cuando lo entristeces por tu falta de amor, y cuando mueres para Él por el pecado. 
 
14 de Febrero de 1981. 
 
– Sed como el agua cantarina de mis campos, que sacie la sed de mi amor. 
– Sois vosotros para mi corazón como ruiseñores, que con nuestro canto de amor alegran el corazón de vuestro Dios. 
Fundid vuestros deseos para Mí, y vivid de Mí y para Mí. 
 
¡Cómo arrebatas mi amor! 
Sois como dos gotas de agua, unidos en amor y para el Amor. 
 
28 de febrero de 1981.

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