Es bueno, para el alma ser siempre alegre y misericordioso.
En este lugar de oración os quiero con espíritu de gozo.
La alegría es don gratuito que lleva al alma a identificarse con el Dios que es alegría de vuestros corazones.
La alegría es de tanto valor para el espíritu, porque el mismo espíritu siente el ímpetu de ser alabanza de Dios.
Os quiero amantes alegres.
Os quiero orantes alegres.
Os quiero sacrificados alegres.
Os quiero en Mí alegres.
Os quiero silenciosos alegres.
Os quiero en amor, alegres.
Que cuando os vean os digan: son sanos alegres.
Que vuestro espíritu sea varonil, pero sin perder la alegría, que es don del Espíritu alegría.
Yo soy un arroyo candente de alegría.
Yo soy la luz que os llenará de alegría.
Yo soy sonrisa que embelesa al alma.
Yo soy como un arroyuelo sonoro que ríe dentro del alma.
Yo soy el Dios sonrisa del alma.
Yo soy el que soy, y porque soy, soy el Dios sonrisa.
Yo soy el ser alegre, pues es mi deseo ser todo en el alma.
Yo soy el Dios que os ama.
El Dios que os alegra.
El Dios que os enriquecerá y que os llenará del espíritu de alegría.
El alegre en Mí, será santo alegre para Mí.
El alegre debe de ser como una flor llena de belleza.
Por eso es mi deseo que seáis alegres, alegres, sonrientes por Mí, en Mí, y siempre amándome a Mí.
Canta, alma alegre.
Cántale a tu Dios,
que Yo, el Dios alegría,
cantándote estoy con amor.
Canta sonriente.
Vive cantando al Amor.
Si lloras, llora con gozo,
que en ti está tu Creador.
Muriendo en ti, canta al Amado;
y muriéndote a ti, Yo, el Amado,
cantaré a tu amor.
Canta, que tu canto encanta,
dándole gloria y loor,
al Señor, que es tu galardón.
23 de diciembre de 1982.
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