Los Engaños del Demonio

Muchas veces las almas se engañan a sí mismas y no atienden a escuchar la voz de Dios y se dejan influenciar por aquel ángel de oscuridad y tinieblas que se reviste de luz para engañar y destruir al hombre. 
Los engaños vienen por ser faltos de fe, por sus pecados de impureza de cuerpo y alma, por los desasosiegos de cosas y ruidos mundanos, por el odio, por el rencor, por la falta de deseo en la oración, por no pensar más que en el dios mundo que les rodea, por no invocar la protección de María, por malos deseos y conversaciones contra la moral, por no dejar escuchar la voz de su Dios, por guiarse por falsos dioses fabricados por el mundo y manipulados por el poder de las tinieblas, por la ceguedad para ser auténticos vasallos del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. 
Aborrecen la verdad, mientras que la maldad prevalece. 
Desvirtúan mi sacrificio incruento. 
Mi Evangelio lo leen y escuchan sin ponerlo en práctica. 
No aman al hermano; sólo buscan destruirlo. 
Viven en maldad y desamor. 
No buscan la verdad; buscan la falsedad. 
No valoran los dones dados por su Dios a cada una de las creaturas creadas por el Padre. 
No viven con autenticidad el deseo del Padre, ni siguen las inspiraciones de su Espíritu. 
No desean ser hijos del Padre, ni hermanos del Hijo del Altísimo. 
 
No buscan ser salvos; buscan su condenación. 
No creen en su resurrección, pero sí fabrican su eterna destrucción. 
No ven la luz de lo alto; fijan su mirar en las tinieblas del abismo. 
No son caritativos, ni humildes, ni mansos, y mucho menos llenos de misericordia. 
No son luz en el firmamento de mi Iglesia; son repudio del amor misericordioso del Dios justo, supremo e infinito. 
 
Son creaturas deshechas por la maldad e iniquidad. 
Son hojas secas que Dios, no por su deseo, tiene que quemar y arrojar a la gehena. 
 
Vivid vuestra oración. 
Sed santos y misericordiosos. 
Sed pobres de espíritu. 
Sed dóciles a la verdad. 
Sed austeros. 
Sed siempre hombres deseosos del Dios eternidad. 
 
A Mí la gloria y la exaltación por siempre. 
 
 
 
6 de Agosto de 1981. 

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