Al persuadirles sobre el deseo de que crezcáis en el misterio sublime del Amor, es porque es necesario y urgente que no os contentéis con escuchar, sino que vosotros, sacerdotes realistas, empleéis vuestro entendimiento para que mi Alianza en conjunto, no en monotonía, crezca, se fortifique y se enriquezca.
Mi deseo es que tengáis estudio de palabra, estudio de acción, y estudio de propia santificación.
No midáis vuestro tiempo, que el tiempo es urgente, pues el mundo vive en locura y desenfreno.
Por eso os digo que, a juicio y discreción vuestra, no olvidéis ni dejéis en el olvido mi deseo.
Acción.
Evaluación.
Progreso.
Deseo de unificación.
Valorad el Misterio Trinitario.
Estudio profundo y deseo de ser trinitarios por excelencia.
Di a mis sacerdotes que luchen con entereza por formar agrupaciones que sean renovación de sus almas, buscando afanosos el Misterio Trinitario.
No os limitéis.
Explorad tan gran Misterio, para que lo viváis y seáis renovados en el Padre, en su Hijo y por mediación de mi Santo Espíritu.
Di a mis sacerdotes que mis almas, ya formadas e integradas en mi Alianza, que es mi esperanza, se desplieguen, como os lo he dicho, como palomas mensajeras de la Trinidad de amor.
Es necesario que vosotros, sacerdotes de mi Alianza, seáis maestros trinitarios, seáis ejemplos trinitarios, y seáis libros abiertos a las almas, para atraerlas al misterio sublime del Amor.
Es urgente la motivación; es urgente el fermento trinitario; es urgente almas trinitarias; es ya urgente que mi Alianza se desplace cantándole al Amor Trinitario.
7 de febrero de 1983.
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