Retiro para Pentecostés

  1. El Padre nuestro.

  2. Santidad perfecta en el Misterio de la Trinidad de amor.

  3. Trinidad, habitación en el silencio de tu silencio, para que todos conozcan el actuar del Hijo en el alma, por el deseo del Padre, para ser alabanza perfecta en unión de Amor mutuo.

  4. Dones infusos del Espíritu Santo, que fortalece y vivifica la vida en unión con la Trinidad de amor. 

Todo está basado en la espiritualidad trinitaria. 
Porque no es fácil ser alabanza del Eterno; pero sí es fácil aumentar el amor hacia el Eterno. 

Que al transmitir mis deseos sondee con amor lo que es conocido en la Revelación sobre el ser y actuar de la Trinidad y la actuación salvífica del Espíritu increado, para que el alma sea vida. 

Amar es oblación, pero no es lo mismo decir ‘amo’, que cumplir con tu Amor. 

Es mi deseo que no lo toméis con simpleza, que toméis este Retiro con proyección al Amor Trinitario, y para que con doctrina sencilla, no como decís puritana e imperfecta, sino sencilla, perfecta, sublime y básica, transmitáis a las almas la inhabitación de la Trinidad. 

¿Y por qué no os juntáis y los cuatro oráis y los cuatro os ofrecéis al Amor, para que el Amor que es amor os llene de la luz en amor? 

La mística trinitaria no consiste en la elocuencia doctrinal y filosófica, sí teológica, pero adaptable al medio de difusión para que las almas comprendan y amen a la Trinidad. 
Efusión de amor al hablar del misterio del Amor, sencillez y amor, y conocimiento de lo que decís, y, sobre todo, que lo viváis para mayor perfección. 
Esto que sea para que vosotros seáis auténticos oradores en la mística del misterio del Amor. 

 

16 de mayo de 1983.

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