Pronta Liberación

Suplicando a la Santísima Virgen por el alivio de …, la Santísima Virgen contestó a mi súplica, diciéndome: 

“Dile a mi hijito, que por su súplica, su entrega y su fervor, su oración ha sido escuchada por el Dios eterno. 
Por eso, hija mía, no os preocupéis. 
Orad. 
Esa joven será prontamente liberada; más pronto de lo que penáis. 
Yo te lo digo. Yo soy la Madre de Dios. 
Pedidme y recibiréis. 
Yo os lo vuelvo a repetir: su liberación llegará pronto para gloria de la Santísima Trinidad. 

— Poco después escuché la voz de Dios que me decía: 

“Yo soy el Padre que te creé y te confirmo lo dicho anteriormente por la Mujer que fue elegida desde toda la eternidad para ser Madre de mi muy amado Hijo: Esta pobre joven quedará libre de todo mal. 
Créeme a Mí. 
Yo soy tu Dios, el que te lo dice y confirma: 
Pedidme siempre con fe en Mí y con profundo fervor, y todo lo obtendréis. 
Si así suplicáis todo se os concederá. 

Yo soy la Trinidad Santísima que te dice: 
Pronto, muy pronto, será totalmente sanada esa joven. 
Gracias por ayudarle. 
Yo te bendigo y de igual forma bendigo a aquel que todo me ha entregado por amor a mis almas. 
Dile que el Dios altísimo está feliz, porque él es hijo de predilección. 
Bienaventurado será él y su familia. 
Gloria a Dios siempre, por todos los siglos. 
Os amo y me recreo en vosotros. 
Amadme. 
Yo os amo. 
Tened amor por mis almas. 
Acogedlas y ayudadlas y Yo os multiplicaré el mil por uno. 

Yo soy tu Dios, Hijo del Dios altísimo. 
Te amo. 
Ámame. 
Gracias por la alabanza al Padre, que es fuente de amor, poder y misericordia. 
Os amo y os doy mi corazón. 

Mi Espíritu rebosa de alegría al pensar en vosotros. 

Yo, el Espíritu del Padre, os saludo con el ósculo de paz y amor.
Mirad que mi luz es fuerza, poder y amor. 
Yo deseo vuestra entrega y fidelidad. 
Sed dóciles a mis inspiraciones, porque Yo soy el que os guiaré al Padre y al Hijo. 
Pensad en Mí, y Yo os daré poder sobre todo demonio. 
Yo soy la fuerza y la paz. 
Pedidme y os daré. 
Y te digo que ella será liberada para gloria de la Trinidad augusta. 
Amadme. 
Invocadme. 
Yo soy vuestra luz. 
Yo soy. No temas. 
Sé abierta a Mí. 
Ora en silencio y profundidad, y Yo te llenaré de gracias infinitas venidas de lo alto. 
Te amo, y amor y bendigo a…. 
Pedidme a Mí, Yo os aliviaré. 
Que vuestro amor sea para alabar al Dios creador, al Dios que es vuestro Salvador, y al Dios que es vuestra fuerza. 
Gloria al Padre, al Hijo y a su Espíritu. 
A Dios sea dado todo honor y gloria. 
Os amo. 
Amadme. 

Yo soy, no temas. 
Yo guío tus manos. Dámelas para derramar gracias por ellas. 
Te amo y de igual forma amo al Hijo del Padre, al hermano del Salvador y al templo del Espíritu del Dios altísimo. 
Alabadme con cánticos de honor. 
Glorificadme con oración y entrega, y dadme vuestro consuelo con vuestro completo amor. 
Os amo. 
Salvad almas para vuestro Dios. 
Os doy poder para destruir la fuerza poderosa, pero no invencible, del traidor, y desasosegador y pervertidor príncipe de las tinieblas.
Él tiembla con vuestro poder. 
Orad. 
Haced penitencia. 
Destruidlo, hablando de su poder y presencia. 
Haced grupos en donde se piense en él y donde se destruya a él, y donde se dé gloria al Dios altísimo, al Dios Trino y Uno. 

Yo soy el Dios del universo. 
Yo soy la alegría de Israel y la gloria del Eterno. 
Yo soy la omnipotencia. 
Yo soy el fuego. 
Yo soy luz en las tinieblas. 
Yo soy el Dios misericordia. 
Yo soy el Dios alabanza. 
Yo soy el Dios eterno: principio, fin y amor, que siempre piensa y escucha. 
Yo soy entrega que desea amor. 
Ámame. 
Piensa en Mí. 
Glorifícame. 
Soy tu Dios. 
    – No temas. 
     Soy Yo, tu Dios. 
     El que llena tu corazón y está en ti, y en esta habitación. 
     Soy la inspiración del Dios altísimo. 
     Ámame. 

 

13 de Agosto de 1981.

Comparte esta publicación:

Share on facebook
Share on twitter
Share on whatsapp

Copyright © Todos los Derechos Reservados.
Se puede compartir e imprimir para fines apostólicos.
El material en esta página web irá aumentando.