Posesión

Él tiene mi poder. Esto que escuchaste es señal de la próxima derrota. Será una batalla durísima. Necesitáis mucha penitencia y oración. 
¡Ay de aquel que no cree en el Demonio! 
Con esta liberación se extenderá en la comarca la noticia y muchas almas serán liberadas. 
Mi Obispo no podrá menos que creer. 
Mi Iglesia necesita reparación por mis almas oprimidas por el enemigo. 
Necesitáis mucha fe y la sacaréis de la oración. 

El Demonio quiso sacar partida de ti, pero en el plan de Dios todo era diferente y le arrebaté un alma que deseo me ame y se entregue a Mí completamente y con generosidad. 
Aumenta tu fe. 
Sostened mi Iglesia. 
Ahuyentad de ella al Enemigo vuestro y mío. 
Haced penitencia y oración. 
Yo os amo y tú eres mi mano derecha y él la izquierda, y mi corazón estará siempre en medio de vosotros. 
Seréis como unas lumbreras de resplandeciente luz en mi Iglesia. 
Orad y amadme. 
Yo os amo. 

 

18 de febrero de 1981. 

 

Hubo una crisis difícil por la noche. Ante mi confusión, el Señor me contestó cuando yo le dije: ‘Señor, por fin, ¿de quién soy? 

“Esa prueba Yo la permití para que sepas  que sin Mí, tú no existirías y que sin mi ayuda tú no vales nada. 
Acude a Mí en la oración y tendrás la fuerza necesaria contra toda lucha o tentación. 
El alma sin Dios es como la flor sin sol y agua. 
Yo soy la fuerza, el sostén, y en la lucha sólo conmigo podrás vencer.” 

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