“Gracias por haberme ayudado a descubrirle la veracidad del ataque emocional con que el Demonio manipula al hombre.
Por eso te digo que muchos de tus muchos pecados que necesitaban purgación han sido purgados, y con esto diste mucha gloria a mi Padre.
¡Bienaventurada seas!
El Demonio me hacía sentir que mi vida actual no era verdadera, sino imaginaria y que no era la última lucha. Que todo lo que al enfermo le hacía sentir me lo iba a hacer sentir. “Yo soy más fuerte que tú” – me decía. Y yo le contestaba: “pero no más que mi Dios, y el Señor me ama”.
El Señor indicó cómo el Demonio pone como una farándula en el interior, que obstaculiza el desarrollo de la vida espiritual en el sujeto.
11 de mayo de 1981.
Comparte esta publicación:
Copyright © Todos los Derechos Reservados.
Se puede compartir e imprimir para fines apostólicos.
El material en esta página web irá aumentando.