Teología Trinitaria

Viendo unos fragmentos, publicados por los carismáticos, yo sola me hacía esta reflexión y me preguntaba: ‘¿Por qué lo que Tú me has enseñado y me has hecho escribir no lo quieren aceptar’? 
El Señor me indicó: 
 
Lo tuyo es teología pura, esencia viva, salida de mi ciencia y amor. 
Yo soy tu teólogo. 
El dador de la ciencia y sabiduría que posee el hombre. 
El Dios perfectísimo y sapientísimo. 
El Dios humanado que se abaja al hombre. 
El Santo que murió por vuestros pecados y arde en amor por vosotros. 
El Excelso. 
El que vino pobre al hombre. 
El que es ser purísimo. 
El que defenderá al justo y lo protegerá de la perversidad del inicuo. 
El dador de la vida. 
El Dios del amor. 
Ése es el que te ama y te guía. 
 
Yo, el Amor santificante, guiaré tu espíritu y desenvolveré tu mano y te ensancharé para el Amor. 
Yo, el sol que da vida, iluminaré tu ser. 
Yo soy el ser omnipotente. 
El Dios hecho fuego. 
El Dios fuerza y guía del hombre. 
El Dios que habito perenne dentro de tu ser. 
El Dios misericordioso que al hombre quiere rescatar del Maligno que lo lleva a su perdición. 
El Dios que en amor vino al hombre, porque en todo mi ser estaba impregnado el amor del Padre amantísimo y dador de cuanto existe. 
Yo, el Hijo del Rey supremo. 
El que por amor vine al hombre. 
El que por amor sellé una nueva y eterna Alianza. 
El que se hizo hombre para comprender al mismo hombre. 
El Rey que en este mundo pasó haciendo el bien, sin que el hombre quisiera amarme. 
 
Vosotros llenaos del celo del Eterno. 
Empobreceos y seréis saciados de riqueza mejor. 
Seréis olvidados y despreciados de los del mundo, pero Yo, el Amor, seré vuestra recompensa. 
Mirad hacia lo alto, que allá, donde el ojo no vio ni el ser del hombre pudo entender, está aquel Padre generoso, aquel mi Padre que me ama con infinito y tierno amor, aquel Dios que envuelve con su providencia la faz de la tierra. 
 
Cantad al Amado 
con gozo y amor, 
pues es ya la tierra 
fértil a su Dios. 
Vosotros, Aliados, 
vivid del Amor, 
pues quiero comunicaros 
todo mi ser por amor. 
 
Venid venturosos  
y dadme loor, 
pues Yo a la tierra 
fuego quiero traer. 
 
Aclamad gozosos 
que el Reino de Dios 
se acerca a vosotros  
para que ya viva en la tierra 
el verdadero Amor. 
 
Aclamad cielos; 
cantad al Dios celestial, 
que envuelto en belleza 
os quiere sólo amar. 
 
Saltad jubilosos 
que el Padre inmortal 
gozoso se inclina a vosotros, 
lleno de bondad. 
 
¡Oh ángeles míos!, 
venid y cantad 
y decid al hombre 
que Yo soy vida esencial 
 
Cantad con vítores 
que ya viene el Ser 
que llenará al hombre 
de inmenso poder. 
 
Mis armas son 
esencia de amor. 
¡Victoria, victoria!, 
que el Dios del amor 
os da todo a vosotros, 
hijos del edén. 
 
Venid animosos 
que os quiero decir 
que seáis pobres, 
amantes de toda virtud, 
llenos del celo 
De este mi Reino. 
 
os dejo mis armas 
que os llevarán 
hacia la victoria  
que os conducirá 
al Reino inmortal. 
 
Pureza perfecta. 
Amor es lo esencial. 
Vivid en pobreza, 
en santa oración. 
 
Vivid obedientes 
al Fuego de amor. 
Vivid generosos 
dando a vuestros hermanos 
toda atención, 
envuelta en amor. 
 
Amad a la Madre 
del Hijo de Dios, 
pues Ella consuelo 
es del pecador. 
 
Abrid vuestras mentes, 
hijos de mi amor, 
que el Cielo os abre 
su amante corazón. 
Yo soy vuestro cielo, 
Aliados de Dios. 
 
Sed, pues, generosos 
con vuestro dador, 
que Yo, el consuelo,  
os dejo mi amor. 
 
Amad con gran celo 
al Padre y Señor 
que quiere su Alianza 
tener con el hombre 
en este destierro. 
 
Amad al Amado, 
al Hijo de Dios, 
que os abre sus brazos 
deseoso de amor. 
 
Decid a vuestros hermanos 
que quiero consolación. 
que el hombre sea puro 
y que viva en oblación. 
Pobreza absoluta 
será vuestro sello 
que el hombre verá 
y por medio del cual 
al Amor volverá. 
 
Vivid enseñando 
mi vida y doctrina, 
pobreza y pureza, 
esencia de amor. 
 
Cantad al Amado, 
portento de amor, 
pues Yo soy el cielo 
y el rey del amor. 
 
La Llama perenne, 
salida de Dios. 
Yo soy la esperanza. 
Yo soy vuestro amor. 
 
Yo soy el Dios vivo 
que en voz suplicante 
Me dirijo al hombre 
para darle amor. 
 
Yo soy el Padre 
del bello Emmanuel. 
Yo soy el Dios hombre 
que os redimió. 
 
Yo soy el Dios fuego, 
vida y amor. 
Somos tres Personas, 
pero un solo Dios. 
 
Yo soy el Amado. 
cantad al Amor, 
aliados del cielo, 
esperanza del eterno 
y verdadero Dios. 
 
Que cese ya el odio 
y todo rencor. 
Que Yo, el verdadero fuego 
os encenderé de mi amor, 
y os guiaré en el camino 
que os conduce a la verdad. 
 
Yo soy, hija amada, 
tu eterno Amador. 
¿Posee tu alma 
mayor galardón? 
Pues Yo soy tu celo 
y tú eres mi amada 
y mi consuelo. 
 
Escucha, hija del Amor: 
Yo soy el que habito 
dentro de tu ser. 
El que salta de gozo  
cuando tú me das 
consuelo y amor. 
 
Sé fiel e la espera 
que el Hijo de Dios 
quiere impregnarte  
de santo amor. 
 
Mira, amada mía, 
encenderte quiero 
de este mi fuego 
que te quiere dar 
amor, amor. 
 
Yo soy Padre de misericordia. 
escucha mi voz: 
pues quiero que el hombre 
cambie por su Dios. 
 
Ofensas recibido, 
hija de mi amor. 
dame tú amor, 
pues en ti confío 
para que mis hijos 
escuchen mi voz. 
 
Atiéndeme pronto 
que el mundo corre 
hacia la condenación. 
Los justos son pocos, 
pues el hombre busca 
su propia complacencia 
y no quiere adquirir 
virtudes que le llevarán 
al Reino que ya os he prometido. 
 
Ven a Mí, amada. 
Sé toda entrega y ardor. 
Salva almas para el Reino 
Del eterno Dios. 
 
No desfallezca tu alma 
que mi Reino se alcanza 
con amor y perdón. 
 
Yo soy el Amado. 
te besa el Amor. 
Ven, hija querida 
de mi corazón 
y sé el consuelo 
del eterno Dios. 
 
Bendigo tu mano 
y beso tu ser. 
¡Oh alma, te ama 
el Dios del amor! 
 
 
En lo pequeño y pobre ante el mundo me complazco y deleito. Por eso es que os insisto: 
Empobreceos por mi amor. 
Sed sabios y humildes en Mí. 
Sed amantes como corazones enternecidos y niños en mi ser. 
 
Yo soy el excelso, y como tú dices, porque me hiciste reír: 
Un Dios jovial y saltarín, porque hago vibrar todo tu ser. 
Y me gusta dar amor con alegría y amor. 
Con tanto amor que loco me vuelvo de amor por el hombre. 
Y por eso el alma, cuando siente en sí mi amor, siente saltar su corazón de gozo y amor. 
Y por eso con sencillez me has dicho: ‘mi Dios saltarín’. 
Y me gusta oírte decir, porque quiero saltar de amor dentro de tu ser, y darte amor, y que tú me des también amor. 
 
Y a todos, hijos de mi fuego, gozoso les digo que soy el Dios del amor y deseo ser vuestro amor. 
 
Hombres necios, que no miráis la verdad de Dios, y que no veis más que páginas llenos de Dios, pero vivís sin amar con ardor y con fe al Dios que transmite al hombre lo que es el ser del Omnipotente. 
El alma que no abaja su soberbia y que no se hace como uno de mis pequeños, tendrá capacidad, tendrá voluntad, tendrá todo lo necesario para aprender, pero será pobre, muy pobre, en entender el misterio de la revelación. 
 
                                    ……….                                ……….. 
 
 
Soy divino y soy humano. 
Soy eterno y amo como humano, pues soy Hijo del Eterno. 
Y el Eterno está en Mí, pues soy un solo Dios. 
En Dios tres Personas; y en tres Personas está el ser de Dios. 
 
Cristo Dios y hombre. 
Cristo amor del Padre. 
Cristo Hijo unigénito del ser supremo. 
Cristo, Dios Hijo, salido de mi amor. 
Hijo del profundo ser del amor. 
 
Y el Espíritu procede de mi ser. 
Y es el Ser que vive en el ser del Dios Cristo. 
Y es Dios, amor y verdad. 
Y el Espíritu es Dios y es la luz que procede de Mí, y que inspiró en Mí el deseo de mandaros al Hijo de mi amor. 
 
Y es la luz de mi Espíritu la que quiero que ilumine vuestro ser. 
 
Mira, hija, que soy Padre increado; pero soy también el Hijo de Dios, y el mismo Espíritu que habito en Aquel que murió por vuestro amor. 
Porque ahí estaba el Padre en su Hijo, y mi Santo Espíritu. 
 
El Hijo estaba expiando redentoramente vuestros pecados. 
Y el Padre sufría su dolor, pues Yo soy el Padre del Hijo. 
Yo soy el Hijo y el Espíritu que estaba en el Hijo cuando el Hijo de Dios clamó: “Abbá, Padre, Abbá, Abbá, Padre del amor. Ayúdame, Padre. Perdónales, Padre”. 
Pues el Padre es Dios. El Hijo es Dios. Y mi Espíritu es Dios. 
Pero es un solo Dios que os ama. 
 
Mi Divinidad estaba en mi Hijo que, revestido de humano, proclamaba mis grandezas y hablaba del retorno al Padre que soy Yo. 
Pues Yo soy el único y eterno Dios. 
 
-Estoy hablando por ti, más rápido y comprensible y extenso que al santo angélico. 
 
(¿Por qué, Señor?) 
 
Porque éste es el tiempo de mi tiempo. 
El mundo está en corrupción y deseo brille mi verdad en tu pobreza; y Yo seré exaltado, pues verán mi grandeza en tu pobreza. 
 
Y a aquellos nefastos e incrédulos teólogos confundiré. 
Pues Yo aplasto al inicuo y humillo al soberbio. 
Tú sabes más de Mí que muchos de los que hablan de Mí sin creer en Mí y sin amarme a Mí. 
 
¡Oh Mística de amor! 
Es para ti, amada del Amor. 
Mística es conocimiento. 
Y tú estás conociendo mis conocimientos, pues el que ama conocerá. 
Aunque quedará velado mucho de mi verdad; pues si no mi exaltitud sería distorsionada por lo malintencionado de mis teólogos y de mis hermanos los hombres. 
 
Dicen mis religiosos y consagrados que el mundo es diferente. 
Pero Yo os digo que la inhabitación de la Santísima Trinidad es la misma y no cambia su actuar en el ser del hombre. 
El hombre ha cambiado por el deseo de vivir su propio placer y no vivir la verdad del misterio de Dios. 
Yo le he dado conocimientos de evolución; pero para que me glorifique, no para que me arroje de su ser. 
 
Pobres de mis consagrados que piensen que el Evangelio debe de ser renovado. 
Mi Evangelio es siempre el mismo; pero el hombre lo acomoda a sus deseos y se olvida de mis deseos. 
 
(Sto. Tomás de Aquino) 
Mira, te voy a explicar. 
Él escribía mi verdad. 
Y en él vivía Yo siempre amado. 
Y mi verdad florecía en su mente. 
Pero él hablaba de un modo literario y sublime. 
Pero la esencia es la misma. 
Pero no todos los hombres pueden entender su escribir. 
Y en cambio a ti, para doblegar la soberbia que está destruyendo mi Iglesia, te hablo de un modo sencillo y sobrenatural, que cualquier ser lo podrá entender. 
Él era angélico, y tú debes de ser ángel de mi luz; pues quiero que mi luz sea conocida por ti. 
 
Mira, Catalina, doctora de mis cosas, no escribía, pero expresaba mis deseos, y vivía cumpliendo el deseo de su Dios. 
 
Yo vivía en su ser. 
Pero tú escribes por mi ser, pues Yo quiero que el mundo vea que mi Espíritu mueve tu ser y vive en tu ser. 
 
Concepción era mujer dada al Amor y santificada por el Amor. 
Mira que ella era simple como tú, pero grande, grande por mi Espíritu. 
Pero si tú obedeces a mi Espíritu y me amas a Mí, tendrás el lugar que ella tiene, pues las amo a las dos. 
Y para confusión de los religiosos y sacerdotes, Yo elijo almas del mundo, para que ellos vean que, estando en el mundo, no son del mundo, y teniendo compromisos que ellos no tienen de ser madres de mis seres amados, se dan más que ellos al Amor y se unifican en el trabajo por amor. 
Y ellos, teniendo más tiempo para el Amor, son almas mezquinas para darme amor. 
 
Bienaventurado el que se abandone en Mí, porque él en mi ser vivirá. 
Bienaventurado el que se aparte del mundo, porque Yo habitaré en él. 
 
Dicen muchos consagrados que el mundo los arrebata, pero Yo les responderé que tú, viviendo en el mundo, no eres del mundo, pues Yo soy tu mundo, y Yo en el mundo vivo en ti; y tú debes de vivir solamente para Mí, porque Yo deseo vivir siempre en ti, y amarte mucho a ti. 
Ámame, paloma blanqueada por mi ser. 
Vuela hacia el Cordero del amor. 
Exclama a mi Espíritu aposentador y di a los del mundo que existe tu dueño y Señor. 
 
Aliados: mirad al Cielo, no os apartéis del Cielo. 
Yo busco el consuelo. 
Vosotros buscad al Amor. 
Yo soy el Amor y vivo de amor. 
 
Todos los mensajes dados a ti son para todos, pues todos estarán en Mí, si viven en Mí y son para Mí. 
 
Tu mano es angelical, porque mi Espíritu la guía; y todo lo que está impregnado de mi Ser es santo, porque Yo soy el Santo de los santos y vosotros debéis ser santos en Mí para que viváis en Mí y seáis eternamente de Mí. 
 
El alma que penetra en mi ser y vive de Mí, me tiene a Mí y Yo me doy en amor al alma que acepta el que Yo viva en ella. 
 
Yo me miro en ti y tú debes de mirarte en Mí. 
 
Sin amor no es exaltada mi divinidad, ni mi humanidad. 
 
 
12 de Agosto de 1982. 

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