Yo soy Dios eterno, indecible, lleno de gloria y majestad.
Un Dios visible e invisible.
Un Dios irresistible y soberano.
Dios con su propia esencia y magnificencia.
Dios que, en coloquio de amor, se manifiesta al alma y la perfecciona por completo cuando el alma abre a su Dios su corazón y le entrega su voluntad, memoria y entendimiento, y en todo hace mi voluntad, superando cualquier bloqueo de que pueda ser ocasión de parte del Maligno.
Yo soy el Dios esencia por esencia, el Dios que es único y verdadero, que no tuvo principio ni tendrá fin.
2 de marzo de 1983.
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