Llaga de Amor

Llaga abierta al hombre por amor. 
Agua y sangre que manaron de ti. 
Vierte al mundo el agua viva, para que el hombre tome de esa agua que brotó de ese costado abierto por amor. 
 
El agua purifica. 
El agua sacia la sed del hombre. 
El agua da vida a la tierra estéril. 
 
Y vosotros sin esa agua sois tierra sin vida. 
Acercaos sin temor, hijos de mi amor. 
Bebed de esa agua de vida que brota de lo profundo de mi ser, ya que en ella está vertido todo el amor de un Dios. 
Ved mi herida y penetrad dentro de ella y quedaos reposados y en silencio cerca de mi corazón. 
 
Si penetráis en esa llaga abierta, llegaréis al corazón de Dios. 
Ahí reclinados oiréis los latidos encendidos de amor de vuestro Dios. 
Cerca oiréis mi sentir y entonces veréis cuánto es el amor de un Dios transverberado por la falta de amor. 
Ahí, en escondido con el Dios que os ama, decidme si hay amor para vuestro Dios. 
 
Vivid en constante oración. 
De vuestra oración perfecta extraeréis el maná de vida. 
Ved que en ese costado abierto, de donde brotó el agua viva, tendréis vida. 
Al tomar de esa agua de la vida, veréis al Dios que por amor se hizo hombre y derramó con su sangre redentora toda la vida de su vida; pues, derramando toda mi sangre, lavé los pecados del hombre. 
 
Agua que brotó de ese mi pecho ardiente, purifica este mundo en corrupción, lava los pecados del hombre. 
 
Venid y bebed de la fuente de la vida, y seréis ríos de vida, pues Yo soy el mar de la vida. 
Saciad vuestra sed, y tomad y bebed de esta agua que os llevará a la verdadera eternidad. 
El que tome de esta agua no tendrá sed y vivirá, pues vivir en la vida unitiva es morir de amor por un Dios que exhaló en la cruz un suspiro de amor a su Padre: 
 
“Padre, en tus manos estoy. 
Recibe mi espíritu encendido de amor por ti.” 
 
Alabad al dador del agua de la vida. 
Cantad con el cántico de vuestras obras al Padre que en su Hijo se complace y al cual ama sin fin. 
Venid, si estáis agobiados, aquí, a esta llaga abierta de donde mana el agua de la vida. 
Cantad con el cántico de vuestras obras al Padre que en su Hijo se complace y al cual ama sin fin. 
Venid, si estáis agobiados, aquí, a esta llaga abierta de donde mana el agua de la vida. 
Yo, el Dios vida de vuestras vidas, saciaré todos vuestros deseos y os bañaré en la sangre que mana de esa llaga de amor. 
 
No temáis. 
Venid y escondeos en ella. 
Apagad en vosotros todo deseo de mundo. 
Aplacad la ira de Dios con vuestra oblación y dad al mundo del agua viva, para que esa agua corra por al faz de la tierra. 
Ved en Mí al Amor. 
Contemplad la sangre que se vierte de mi costado abierto al hombre. 
 
Sangre que os redimió. 
Sangre que os purificó. 
Sangre del Dios hecho hombre por amor. 
Tomad de esa sangre, para que con ella os transforméis y os llenéis en vuestro espíritu de fuerza y de deseo de martirio y oblación. 
Sangre que gota a gota derramé por mi inmenso amor. 
Sangre que al hombre redimió. 
Sangre que será salvación o condenación. 
Sangre de un Dios ultrajado. 
Sangre que el hombre desprecia. 
Sangre que en ella vuestro Dios os dio muestra viva de amor. 
Sangre que bañó la tierra y que le dio vida, pues por ella floreció el amor y el perdón. 
Sangre que, ofrecida al Padre por amor, fue perfecta y consumada oblación. 
 
El Padre se inclinó al Hijo de su amor y le acogió en su ser, pues Yo soy el Hijo salido del ser de Dios. 
Yo soy el Dios vivo y verdadero. 
El Dios luz que da vida al mundo. 
El Dios que encamina al hombre hacia el Padre. 
El Dios que consumó con su ofrenda la verdad salvífica. 
 
El Dios que engendró al Hijo salido de las entrañas de mi ser, para que viniera al mundo, y le hablara de la verdad, y lo llenara de amor y felicidad. 
Yo soy un Padre amoroso; pero el hombre necesitaba un Salvador: Dios con vosotros y vosotros con Dios. 
 
El hombre, al relacionarse con su Dios, vería en su Hijo al Padre y aclamaría al Dios Espíritu y vida. 
 
Yo soy el Espíritu santificador, que al Hijo amó en su Padre. 
Yo soy la fuerza del Hijo, que sostuve al Cordero salvador, y que al Hijo llené de amor, pues Yo soy el Dios vivo: fuente perenne de amor vivo. 
 
Yo soy el que soy. 
Y soy un solo Dios en tres Personas. 
 
El Padre no es el Hijo; y el Hijo es Dios. 
El Hijo no es el Padre; pero Él es el Dios salvador. 
El Dios que de su Padre vino para vuestra salvación. 
Y el Hijo es el Dios que os redimió. Y Yo soy Dios. 
Yo soy el Espíritu increado: unión de los Dos, y amor de Ambos. 
Yo soy también Dios. 
 
Soy Dios creador. 
Soy Dios salvador, y soy Dios aposentador. 
 
Y soy un solo Dios que os ama. 
 
Al Creador, alabad. 
Al Salvador, amad. 
Y al Dios unión y amor de los Dos, aclamad. 
 
Yo soy el Dios Trino y Uno, que os ama en verdad y el llena de amor y de paz. 
 
 
4 de octubre de 1982. 

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