La esencia del ser de Dios presente transmite la verdad de su existencia al hombre, para todos aquellos que, deslumbrados por el llamamiento del mundo, viven atados a él.
Yo me hago eco en el hombre.
Yo soy el Dios que, unido siempre a vuestro ser, me reflejo en vosotros.
Yo, siendo increado, subsisto desde siempre.
Yo vivo en unidad perfecta con el Dios que por vuestro amor sufrió el ser humano y murió mártir de amor.
Yo soy esencia y potencia.
Soy visibilidad e invisibilidad.
Soy verdad unitiva en perfección.
Soy el Dios que en unidad de amor vive y siempre, siempre ama al hombre.
Yo soy verdad.
Yo soy cielo de infinitas gracias.
Yo soy el Dios de amor y belleza.
Soy la omnipotencia.
Soy Dios que, viviendo en el hombre, soy desconocido.
Soy la realidad excelsa.
Soy luz de luz infinita.
Soy realidad de realidades.
Soy clemencia y amor.
Soy juez de verdad y santidad.
Soy amor abierto hacia el hombre.
Soy Dios de apertura hacia el hombre.
Yo soy la realidad, hecha presencia del Padre ante el hombre.
Soy el Dios que ahuyenta del hombre todo rencor.
Soy su esperanza, y el que con amor benéfico deja en el hombre implantada la huella inextinguible de la presencia real y visible del Dios que en verdad y sapientísima luz ilustra a aquellos que desean ser luz de vida.
Yo soy el Dios, Trinidad de amor, que soy verdad, y en mi verdad se aclarará la verdad de la mente humana.
Soy juez de verdad, pues el hombre recto en mi verdad será juzgado ante todos en verdad y mi justicia será su gloria.
Yo soy la permanencia del Padre para el hombre, pues el que viene a Mí tendrá vida.
Yo soy el que real y consubstancialmente estoy en el sacramento de vida.
Soy la lealtad y la majestad.
Soy el Dios que como incienso perfumado aromatizo al alma con mis dones.
Soy el Dios que, enardecido de amor, hago sentir al hombre que mi amor le purifica, le enaltece y ennoblece.
Yo soy el Dios de amor, y vosotros deberéis ser reflejos de mi amor, solícitos al Amor, santos por amor, y almas abiertas en verdad al Amor.
Os amo, y os digo en verdad que el pobre por Mí será de magnitud bella en el Reino del Padre.
Santidad os pido, vida de oración, vida de apostolado, vida que en mi vida dais vida al hombre, y aclaréis que vivo en el hombre deseoso de ser amado y reconocido.
Soy la grandeza.
Soy la omnipotencia.
Soy el que soy, y siendo el Ser santo en verdad, me presento ante vosotros con gozo y verdad.
Os amo. Os amo.
Amadme.
Julio de 1983.
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