Compartir y repartir mis mensajes de amor es entregar mi propio corazón en las almas que escuchan mis deseos de amor de parte del Dios que sólo amor pide al hombre.
. . .
Yo soy la verdadera y eterna alegría.
. . .
Yo no cobro por mis mensajes de amor. Sólo te pido amor.
. . .
Yo soy la Trinidad que habito entre vosotros.
Amadme.
Alabadme.
Glorificadme.
Consoladme.
Deseo la completa entrega a Mí.
Soy la Trinidad salvadora, la que en la inhabitación del ser del hombre quiere y desea plenitud de amor.
. . .
Para transmitir mi amor se necesitan palabras que especifiquen la esencia de mi amor.
Decidle que lo amo y deseo todo bien para él.
Soy su Dios, complacido en él.
17 de enero de 1981.
Comparte esta publicación:
Copyright © Todos los Derechos Reservados.
Se puede compartir e imprimir para fines apostólicos.
El material en esta página web irá aumentando.