Conchita del Amor

Yo soy Conchita del amor de Dios. 
Sigue adelante, que la cruz es señal de salvación. 
Penetra en el amor de Dios. 
Toma la cruz con decisión, y vive la fe confiando en tu Dios. 
Sublimiza tu vida de oración. 
 
Clama al Espíritu de Dios, que de Él proviene la paz y la fuerza. 
Lleva a cabo tu oblación sacerdotal. 
Vive la vida en la Eucaristía: ahí te reanimarás. 
 
Vive generosa con tu Dios. 
Vive deseosa de dolor, pues el dolor es seguridad para el alma; es deseo de unión; y es oblación sublimizada. 
 
Únete al Eterno Sacerdote y ayuda a la Iglesia de hoy. 
 
Vive tu vida, oculta ante el mundo. 
No busques el consuelo, sino el desprecio. 
 
Mira que el Hijo desea amor. 
Ámale y bebe el agua viva. 
 
El Espíritu trasplantará en ti otro corazón: generoso y humilde. 
 
Corre en tu sufrir al Padre; Él te llenará de caricias. 
 
Soy Conchita del Amor, quien te ama en la Trinidad sapientísima y omnipotente. 
 
 
8 de octubre de 1982.  

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