Yo amo a los sacerdotes, pueblo escogido de Dios.
Yo les di el don imperecedero de su sacerdocio eterno.
En Mí ellos encontrarán consuelo y misericordia.
Yo soy el raudal infinito de amor y consuelo.
Yo los llamo amigos y soy su servidor.
Yo soy un Dios justo pero misericordioso.
Yo espero el retorno del pecador y los quiero atraer a Mí con mi amor y mi perdón.
Me entrego a ellos y en sus manos deposito mi corazón y todo mi ser.
Les suplico santidad porque ellos deben de atraer al hombre con el ejemplo y bondad.
Yo soy como el incienso que los purificará.
Que vengan a Mí: Yo soy su infinito y supremo don.
Este corazón es para ellos.
Un padre no deseará nunca castigar al hijo de su corazón.
No los quiero apartados de Mí, sino dentro de mi ser.
Yo soy sempiterno y amoroso Dios.
Yo soy el salvador de las almas.
Yo soy fuente de agua viva.
Yo soy verdad eterna.
Yo soy Padre del perdón.
Yo vengo a ellos suplicante.
Vosotros, habladles de amor, no de castigo, que los ahuyentará de Mí.
Yo los amo. Que vengan a Mí.
Yo soy el pastor de sus almas.
Y si alguna de mis ovejas necesita alivio, Yo seré su médico y su amor.
Sacerdotes, amados de mi Padre, para vosotros es mi amor.
Almas sacerdotales, a vosotros me dirijo dándoos mi misericordioso corazón.
Venid a Mí, que es de vosotros el Reino de Dios.
Yo soy la santidad.
Yo os enseñaré el camino para llegar a ella.
Vivid de fe, en esperanza, en despojo y en caridad.
Sed santos, hijos de mi amor.
También, si os apartáis de Mí, iréis a la condenación; pero ved que os extiendo mis brazos paternales y os doy mi corazón maternal.
No busquéis el castigo eterno.
Vivid en santidad y gozaréis eternamente del sublime misterio de la Trinidad.
Yo soy el cielo que llenará vuestras almas.
Venid a Mí y Yo os saciaré.
Yo soy el agua que vivifica.
Soy el Dios que santifica.
Yo soy la misericordia que os perdona.
Yo soy el Padre que os abraza y os colmará de dones infinitos.
Yo seré vuestro consuelo.
En Mí hallaréis alegría para vuestros corazones.
Buscad el Reino de Dios y lo demás Yo os lo daré.
Os amo, sacerdotes de mi corazón.
19 de junio de 1982.
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