Para un Sacerdote

El amar a tu Dios es expresar amor a los demás, es ser humilde, y tener deseos de más amor; es mortificar tus propios deseos; es advertir el deseo de tu Dios a los demás; es quitar obstáculos, y darse completamente a mi amor. 
 
Dile que me ame por los que no me aman, que me consuele por los que me desprecian, y que me alabe por todos aquellos que me ofenden con sus infidelidades, principalmente mis almas consagradas. 
 
Dile que el juzgar sin saber es ofensa a Mí. 
Las obras que son mías se verán por los frutos; y el engaño de mi enemigo también lo podrás reconocer por los frutos. 
 
Vive en Mí, que Yo vivo amándote a ti. 
 
Quien desprecia mis mensajes y te desprecia a ti, me desprecia a Mí. 
 
Son cosas antiguas las que te doy, pero que poco se llevan a la práctica. 
 
Dile que estudie a Teresa y que se fije en las palabras ocultas que hablé a Teresa y de donde surgió la Reforma del Carmelo. 
 
Os amo tanto. 
También en el corazón de Dios hay amores especiales. 
 
 
24 de Marzo de 1981. 

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