Mensaje para los Obispos

Contémplame y grábate en tu corazón mi rostro dolido por el desamor del hombre. 
Ve y habla a mis Obispos y diles que el Amado no es amado. 
Soy el Cordero inmaculado. 
¿No hablarás de Mí ante tanto desamor? 
 
-Señor, yo hablaré de ti, aunque para eso me cueste la vida. 
 
Mis sacerdotes son la porción de mi grey preferida de mi corazón, pero ellos no me aman y desprecian mi amor. 
-¿Todos, Señor? 
No todos, pero la mayoría de todos. 
Ámame tú y diles a mis amigos que ellos me den también amor y consolación. 
 
 
21 de julio de 1982. 

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