Alianza y Purgatorio 2

La oración es tan sublime que el alma orante va amando más a su Dios y, a la vez, está purgando el tiempo que, por sus deficiencias e infidelidades, habría tenido que pasar en aquel lugar purgativo. 
 
La eternidad es como Yo, por mi santo Espíritu, señalé a Pablo. 
 
Yo soy la exaltitud, la longitud, la profundidad, la inmensidad. 
Yo soy latitud suprema, pues mi Iglesia, que es salvación para el hombre, es y abarca, en su totalidad: 
 
-las almas que viven en este destierro, y que se autonombran Iglesia militante, que va al Padre guiada por la luz de su Espíritu; 
 
-la Iglesia purgante, que está gozando ya de la visión de Dios, pero que aún no está totalmente purificada; 
 
-y la Iglesia triunfante, que goza ya en su totalidad de Dios. 
 
Entonces vosotros, Alianza y confianza de Dios, tenéis en vuestras manos la Iglesia triunfante, pues Teresa, Juan, Concepción y algunos más que se han dirigido a vosotros desde el cielo por permisión divina es la Iglesia triunfante y gozosa. 
 
Y ahora os faltaba la Iglesia purgante, pues ahí están hijos de mi sangre y de mi alianza, pues el bautizado por el agua bautismal, y el bautizado por el deseo están ahí, con ardiente amor, esperando su liberación. 
 
Y vosotros, que sois Alianza de Dios, debéis liberar, no sólo a los hijos de la Iglesia militante, sino también a los de la Iglesia purgante, con la ayuda de la Iglesia triunfante, pues mi Alianza se extiende del cielo a la tierra. 
 
Y Yo os digo que todos los que están en los abismos, aún ahí condenados, llevan el sello del bautismo, y, si fueron casados u ordenados, el del sacramento, sea matrimonial o sacerdotal. 
Condenados por desgracia y deseo personal –pues Yo vine a salvar, no a condenar, su mayor tormento es el recordar las gracias desperdiciadas y el haber rechazado con odio y rencor el amor del Padre en su Hijo y su Santo Espíritu, sin permitir a su Dios vivir en su amor y amistad. 
Ahí serán atormentados por la sed de un Dios que ya no puede consolarles ni amarles; y ellos tampoco pueden amarme ni refugiarse en mi abierto corazón. 
Por ellos es imposible hacer nada absolutamente. 
Su situación es por siempre, para siempre y siempre. 
 
Pero buscad vosotros al Consuelo. 
Ayudad a las almas que purgan sus faltas y clamad a aquellos que gozan de la Trinidad de amor. 
Y vosotros caminad de la mano, como cadena inquebrantable que sube al trono de Dios, guiados al Padre por María, mi Madre. 
Ella os llevará por el camino estrecho, pero seguro: unidos en Dios Iglesia triunfante, purgante y militante, bajo el amparo del Dios Trinidad omnipotente. 
 
                             …..                   …..                       ….. 
 
El bautizado por el martirio lava totalmente sus faltas y entra glorioso al Reino de Dios. 
 
Las almas que están en el purgatorio no participan del festejo celestial, pero sí están unidas con su Dios y Dios, por visión especial, se deja ver su rostro ante ellas. 
 
 
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Buda, Hitler y Lutero están en lo profundo del Abismo. 
Mao está ahí por toda la eternidad. 
Marx es otro. 
Lenin es otro. 
Y te diré que son millones de almas, pues es como el deshojar de un árbol en verano: caen miles a cada instante, mientras que al cielo entran de millones cien. 
Por eso os pido oblación y santificación. 
Ahí hay sacerdotes condenados, almas que pudieron cantar el hosanna, y niños que por vuestra negligencia no conocieron a Dios. 
 
Padres: amaos en Dios  sed glorias de Dios. 
Hablad a vuestros hijos del Dios del amor. 
Y decidles que sí existe el infierno: desenlace fatal y total rechazo de su Dios 
Y que existe el purgatorio, que es ya predestinación, donde las almas contemplan a su Dios, pero no están aún con su Dios y esperan ser rescatadas. 
 
(Estado de las almas en el purgatorio.) 
 
No es visión contemplativa. 
Sólo los santos ya purificados pueden contemplarme siempre, siempre. 
La visión a vosotros referida es como por el deseo de ser únicamente en Dios, por Dios y para Dios. 
No hay de mi parte ningún deseo de retractarme de lo que os he dicho. 
En el cielo no hay distinciones, pero os quiero aclarar cómo hay almas que fueron más humilladas por mi amor, más generosas al Amor y más entregadas por amor. 
Y Yo te digo que Teresa está tan cerca de mi Divinidad, que la coloqué tan cerca de mi Padre, que Yo te aseguro que está como un arcángel, llena de hermosura. 
Pues así como aquellos que apartaron almas de mi Iglesia tienen un tormento especial, pues se les implica la perdición de cada alma, así también, lo mismo sucede, pero a la inversa, en el Reino de Dios. 
Todos los fundadores, que son gérmenes productivos de almas, tienen un lugar especialísimo en mi Reino. 
Francisco tomó el lugar de Luzbel, y Teresa está en el mismo lugar, y Juan está tan cerca como Pedro. 
Y Yo te digo que ellos son de los santos que gozan de mayor gloria. 
 
                      …..                   …..                           ….. 
Recordad que ya os había dicho que ante vosotros abriría mi Corazón y mis misterios. 
Y si lo del purgatorio fue misterioso, más lo será cuando os explique con claridad lo que es un alma bautizada y confirmada en mi Iglesia. 
Y os lo voy a decir: 
 
Cuando vosotros sois bautizados mi Espíritu reposa en aquel ser y ese ser queda con la claridad de un serafín, translúcido su cuerpo, y su alma es tan clara y pura como un cielo en primavera. 
Pero el hombre salpica aquella hermosura de podredumbre, y desgarra su vestido nupcial y lo destruye hasta quedar hecho un harapo, lleno de lepra. Y su Dios en ella es despreciado; pero la llama de mi Espíritu está prendida hasta la muerte, donde o, cuando el alma cierra sus ojos a Dios, mi Espíritu acrecienta su luz para llevarla a gozar de su Dios, o se apaga totalmente cuando el alma muere en pecado mortal, sale de esa alma para siempre y la deja en manos de mi enemigo y el vuestro. 
 
                       …..                         …..                         ….. 
 
En el infierno las almas bautizadas están señaladas con una cruz de sangre que mana a torrentes. 
Y cuando ellas contemplan la cruz es un tormento inimaginable. 
 
Lutero experimenta de muchos y terribles tormentos. 
Uno es una sed que tiene… Sed inextinguible que le cala todo su espíritu, -pues su cuerpo aún no se reúne con su espíritu: hasta el día de mi venida-. 
Otro tormento es un hábito de Agustinos que un demonio destinado a él le inviste, lleno de púas ardientes. Y no es que Yo haya hecho esos tormentos; es el odio de los demonios quien lo hace. 
En la lengua vociferante para mi prelado él experimenta un estiramiento total, y sobre él cae como lluvia… como si fuesen toneladas de arena sofocante, y es sumergido a cada segundo en una especia de fango ardiente. 
Son algunos de los tormentos, pero tiene otros más que tu espíritu no resistiría conocerlos. 
La frase: “Dios fuera de ti por siempre” hace eco de tormento que –por así decirlo para que lo comprendáis- cala en su espíritu hasta lo profundo de su ser. 
 
Y ¡ay de aquel que haya manchado sus manos con la sangre sacerdotal! Para él esa sangre se volverá tormento tal que más le hubiera valido no haber nacido. 
 
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Por eso es que el demonio, que tiene luz de conocimiento, está trabajando para oscurecer el deseo y conocimiento de mi Obra, que es salvífica y eclesial. 
Pero no desmayéis, que el Señor es vuestro aliado. Y ¿quién contra Él? 
 
Los niños son desatendidos espiritualmente y mis sacerdotes se limitan a decir que de ellos es el Reino de los cielos. 
Pero comprended que ellos necesitan conocer y amar al Dueño del Reino. 
 
Los niños abortados son mártires envueltos en su sangre. 
Ellos esperan con gozo mi venida. 
No participan de la visión salvífica. 
No sufren ni gozan en plenitud, pero esperan con gozo su entrada en la verdadera Jerusalén. 
 
                   …..                               …..                               ….. 
 
Cuauhtémoc, por ejemplo, ofrecía a una divinidad las almas más puras de su Reino. 
Ahí el alma, por intuición natural, buscaba al Dios supremo; pero por permisión divina no podía saber quién era aquella Divinidad. 
Pero si un pagano, por ejemplo, por adorar a Dios, a quien busca por inspiración divina, -porque aún vosotros, si Dios no permitiese que le aclamaseis no podríais hacerlo- adorase una piedra, ahí Yo tomo su amor y entrega y sublimizo su deseo. 
 
 
Guadalajara, 29 de Octubre de 1982.  

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