Los pensamientos del hombre no son los de Dios.
Dile que en esto va mi bendición.
Que Yo estoy con él.
No os dejéis abatir por la tristeza y el desaliento.
La mejor medicina contra la adversidad es la paz y la alegría.
Dile: Yo le ayudaré cuando la ocasión lo amerite para hablar y defenderse, para confusión del demonio que por todos los medios tratará de hacer desaparecer mi Obra.
Yo le bendigo y amo.
Que espere y confíe en Mí.
Yo soy el Obrero de la Obra de mi Padre, y vosotros cooperáis también en ella bajo la vigilancia de un Dios que no se equivoca.
Sed fieles.
Amadme y haced mi voluntad.
Os amo.
Mi amor y bendición para vosotros.
Seguid adelante.
Yo estoy con vosotros.
Dile que Yo estoy con él.
Que en la paz de Dios no puede manifestarse ira y desasosiego.
La paz en Dios es cordura y comprensión.
23 de septiembre de 1981.
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