La Obra de Dios seguirá adelante si vosotros perseveréis en amor y en oración.
Las almas necesitan liberación.
En vosotros está mi poder para la destrucción del enemigo que perturba y desasosiega mis almas.
Sed penitentes.
Sed orantes.
Sed fieles a mi llamado.
Yo os amo y deseo seáis fieles a mis inspiraciones.
Calmad mi sed de amor.
El mundo me aborrece.
Yo os amo.
Mis almas me desconocen; no desean mi amor.
Vosotros, mis amados, amadme y consoladme.
Que no os contamine el placer, la lujuria y el egoísmo: todo lo que es materialismo.
Sed humildes, pobres, amantes y sacrificados.
Yo me complazco en el alma pobre y me entrego a ella en plenitud.
Dejad que mi Espíritu pueda obrar en vosotros.
Dad cabida a Aquel que os ama.
Yo seré vuestro maestro, vuestro guía y vuestro amparo.
Yo soy la misericordia.
Yo os doy la paz.
Yo seré vuestro consuelo.
En Mí encontraréis la libertad de vuestro espíritu.
Aquel que vive para el mundo nunca podrá tener paz ni sosiego, ni podrá dar a los demás mi mensaje de amor y de entrega.
Vivid según mi deseo.
Perseverad en mi amor.
Os pido que desagraviéis con vuestro amor mi ofendido corazón, ultrajado por la ingratitud del hombre.
Yo soy el Hijo de Dios Altísimo que os dice: sed santos.
Que los que viven en este mundo de blasfemia y perdición vean que vosotros sois hijos de Dios por vuestras obras.
Infundid en las almas el amor a la Trinidad.
Vivid como el ave que da gloria a su Dios.
Transformaos en Mí y para Mí.
Yo soy vuestro creador, vuestra luz, vuestro amor y vuestro consuelo.
Que vuestras almas me busquen.
Sed almas llenas de amor.
El hombre me desprecia, cuando Yo le amo tanto…
El hombre no me conoce, cuando siempre me presento ante él lleno de amor.
Vosotros no desoigáis mis súplicas.
Vosotros sed mi consuelo y mi alegría.
Os amo. Os lo repito: os amo y deseo darme a vosotros en plenitud.
Apartaos del ruido del mundo, que os inquieta y aleja de vuestro Dios.
Morid de amor por Mí.
Que en vosotros desaparezca todo lo que ofende a mi corazón.
Soy un Dios olvidado. Vosotros no me apartéis de vuestras vidas.
Mirad este corazón que arde de amor para el hombre.
Vivid con rectitud.
Sed, pues, almas de oración, os lo repito.
Vuestra súplica llegará a mi Padre, que os ama y desea ser glorificado.
Os amo.
Soy el Dios omnipotente, lleno de amor y misericordia.
Espero de vosotros, mis amados, vuestra respuesta a un Dios que sólo amor pide al hombre.
Gloria al Dios Trino y Uno, ahora y siempre.
Que este mensaje sea vuestro lema, porque es el mensaje que os dirige un Dios humillado y despreciado.
En Mí encontraréis fuerza para vencer.
En Mí está la paz y la alegría.
Honradme y alabadme.
Yo os amo.
Amadme.
Estoy deseoso de almas que deseen ayudar a mis almas perseguidas, atribuladas y enfermas.
Necesita apertura, desprendimiento, renuncia.
Yo soy, no temas.
Sólo Dios puede decir la verdad y sólo Dios puede pedir renuncia y oblación.
Este día llena de gozo mi corazón.
Mi Padre ha sido glorificado y mi Espíritu santificado.
Imposición de manos: es unión de amor, unión de fuerza salvadora; don de Dios para liberación, gracia en plenitud.
Es comunión para sanación.
Es fuerza y poder de destrucción.
El amor salvará.
El amor os unirá.
Y el amor destruirá la maldad del enemigo en las almas.
Que no tema.
Que mi enemigo le podrá perturbar y desolar, pero en Mí encontrará fuerza, paz y gozo.
Que no desista de su empresa.
Que en mi nombre aparte el mal.
Que yo soy la salvación y la consolación.
Que en Mí no será confundido.
-Dile que el amor que profesa a mi Madre da alegría a su Dios.
-Dile que no tema, que la fuerza del mal no podrá obstruir ni obstaculizar mi Obra.
Orad y sed santos, y triunfaréis para gloria de vuestro Dios.
Os amo.
Estad plenamente seguros de mi amor.
Soy un Dios que doy amor al hombre.
Vivid de fe, en esperanza y en caridad, y siempre abandonados a mi amor y misericordia.
Yo estoy entre vosotros.
No temáis.
Luchad en mi nombre y venceréis.
Toda lucha necesita penitencia y oración.
No lo olvidéis: penitencia y oración es la lucha contra el poder del mal.
Si perseveráis en Mí, alcanzaréis la victoria.
No olvidéis que toda penitencia por mi amor es agradable al Padre, y vuestra entrega le da gloria.
El hombre necesita olvidarse a sí mismo y entregarse al amor de su Dios.
Tenedlo en cuenta: oración, amor y entrega.
16 de febrero de 1982.
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