¿Por qué temes al hombre, cuando Dios es más grande que el hombre?
Nadie está más preparada para mi Obra que tú, ya que Yo mismo he sido el preparador.
¿Por qué desconfías de Mí?
Yo soy tu providencia.
Yo te he preparado para este paso justo y decisivo.
Mi voluntad sigue en pie.
¿Quién podrá amar más mi Obra que tú que has sido elegida por mi Padre para este ministerio de amor y salvación?
Ya sabéis mi deseo. Cumplidlo.
Es mi voluntad, no la tuya.
Sé pobre, teniendo.
Sé humilde, dando.
Ama a los demás y recibirás el doble de mi amor.
Pide a mi Padre y Él os dará en abundancia.
Bendigan el cielo y la tierra el nombre de Dios altísimo.
Todo el honor y la gloria por siempre al Dios infinito amor.
Yo soy vuestra providencia.
Yo soy el Dios luz y fuerza.
El que conduzco por los caminos que llevan al Padre y al Hijo.
Seguid el camino de la pobreza, y sed fieles a mis preceptos.
El Dios de Abraham y Jacob os libertará de todo mal.
Tened fe y confianza en Dios Trino y Uno.
A Él todo honor y gloria.
–Después sacamos un mensaje para que el Señor no diera más luz y fue:
Primero: Mc 5: el endemoniado de Gerasa.
Segundo: Jn 4: la Samaritana.
Tercero: Lc 3.
El Señor me dijo:
Las luchas son necesarias para purificar tu alma.
23 de Octubre de 1981.
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