Mi corazón, encendido de amor, se abre a vosotros, hijitos míos, amados de mi corazón.
Mirad que en él estáis.
No os apartéis de la verdad, que Yo seré vuestra heredad.
Calmad mi sed de amor.
Mirad que en Mí seréis saciados.
No os vayáis a equivocar del camino que os llevará a la santidad, entre espinas y cruz; ahí está el misterio que os llevará al Rey celestial.
Mirad con amor al dolido corazón.
2 de enero de 1983.
Dile que es mi deseo que al inicio de este ciclo, manifieste a mis Aliados que aumenten el amor en absoluto hacia Mí, siendo obreros dinámicos en mi Iglesia.
Yo soy la barca que os conducirá al Padre.
El amor debe ser vuestro lema, el sacrificio debe ser vuestro deseo: el darse en amor al Amor y por el amor a Mí, darse a los demás.
Que me glorifiquen y me exalten.
Que vivan en soledad para Dios.
Que viviendo en el mundo, no seáis como los del mundo.
Que unos a otros se amen en caridad fraterna.
Que cada uno sea mi esperanza.
Que aumenten el deseo de orar y de ser almas de deseo de perfección.
Que sientan en verdad el compromiso que han asumido conmigo.
Que no sea superflua vuestra entrega.
Necesito un batallón armado.
Yo os he dado las armas, que son amor, oración, piedad, fe y esperanza.
No olvidéis el amor al ser que Yo tanto amo, que es María, mi Madre.
Sed devotos de mis santos.
Clamad a ellos, que por su intercesión alcanzaréis gracias.
Caminad en la verdad.
Buscad mi Reino, y todo lo demás se os dará.
Tened confianza en mi providencia, que las cosas de este mundo que son efímeras sucumbirán.
Creced en virtudes.
Yo os abro mi corazón. Penetrad en él.
No veis que muchos me dicen ‘te amo’, pero en verdad son a ellos mismos a los que se aman, y a Mí me toman como un ser que solucionará sus deseos, pero que hacen caso omiso a mis deseos.
Felices seáis en este año.
Vivid alegres.
Alegrad vuestro espíritu.
Cantad al Amado.
Yo soy el Dios que deseo veros alegres.
Amadme, hijos míos preclaros, que Yo soy el que soy, y siendo Dios, soy vuestro Padre providente.
Vivid imitando a mi Hijo amado.
Yo os amo en el Padre, hijitos de mi amor.
Tengo dolor ante tanto desamor.
Purificad vuestro espíritu.
Dadme amor, siendo almas sedientas de amor.
Os doy el ósculo de paz. Felicidad os desea la Trinidad de amor.
3 de Enero de 1983.
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