Diles a mis sacerdotes que necesito de su amor y de que mi Obra se dé a conocer.
Di a mis sacerdotes que la pobreza en Dios los enriquecerá de Dios.
Yo soy –di a mi amigo- el Dios del amor, el Dios del perdón, el Dios Salvador.
Yo os hablo con eterno amor, pero necesito vuestro amor y que vosotros, mis Aliados, seáis pobres por amor, porque Yo, vuestro Dios, lo di todo por amor a vosotros.
Mi amor es para vosotros.
El hombre actual ha olvidado a su Dios por la disipación y el placer.
No busca la soledad, donde Yo hablo al corazón.
No busca la pobreza, donde Yo le enriqueceré.
No busca la pureza.
Está lleno de imperfección por su falta de entrega y amor.
Por eso Yo a vosotros, mis Aliados y elegidos, os pido cambio de vida, porque vuestro ejemplo atraerá a las almas a Mí.
Os pido amor a vuestros hermanos.
Os pido abandono a mi corazón.
Apartaos de las cosas del mundo.
Vivid según el deseo de vuestro Dios.
Vosotros, hijos de predilección, vivid en amor.
Sed pobres por amor.
Sed dóciles a mi amor.
Yo os doy todo mi amor.
Vosotros dadme vuestro amor.
Yo soy el Hijo de Dios que os habla.
Amad a vuestro Padre que está entre vosotros.
Invocad con amor al Espíritu de Dios.
Yo soy la augusta Trinidad.
Necesito vuestro amor.
Necesito almas orantes, almas penitentes, almas suplicantes, almas que se transformen para Mí, almas silenciosas, almas deseosas de ser amadas, pues Yo os quiero llenar de amor.
Sacerdotes amigos, buscad mi Reino que es vuestro Reino.
Necesito de vuestro amor.
No os apartéis de la verdad.
Aclamad con gozo, pues Yo, vuestro Dios, necesito de vuestra alegría.
Necesito vuestra entrega.
Necesito vuestro amor. Repíteles: necesito vuestro amor.
Mi corazón sufre por vuestro desamor.
Amadme vosotros, hijos de mi amor.
Aquí estoy suplicándoos amor, amor, amor.
Yo soy el amor.
Yo soy vuestra paz y consolación.
Necesito almas en actitud de oblación.
Dadme vosotros amor, pues Yo, vuestro Dios, sufro por la falta de amor de mis elegidos y amigos.
Vosotros vivid en Mí y para Mí.
Necesito vuestro consuelo.
Soy un Dios ultrajado y despreciado.
Vosotros, hijos de Dios, dadme amor.
Dadme amor.
Por eso vosotros, Alianza de Dios, vivid en amor y dadme amor.
Bienaventurados aquellos que me den amor, porque Yo los llenaré de amor, y seremos un solo amor.
Os suplico mayor perfección.
Vosotros sois mi esperanza, pues vosotros sois mi Alianza.
Vivid el amor y dad a todos amor.
Yo soy vuestro Padre, el que me dirijo a vosotros, hijos de mi amor.
Os doy mi perdón.
Vosotros dadme loor.
Yo soy el Dios Hijo, quien a vosotros me acojo para que me consoléis y me deis amor.
El hombre no quiere mi amor.
Vosotros, hermanos y amigos, dadme amor.
Venid a Mí, hijos del amor, que Yo os encenderé en amor.
Yo soy la alegría.
Yo soy vuestra transformación.
Vivid en amor, que nosotros os daremos amor.
Agradece a todos en mi nombre el llamado que os hice y la correspondencia a mi llamado.
Yo os digo: quien viva en la verdad, verá al Dios verdad.
A quien viva en caridad, Yo le daré todo mi amor.
A quien sea dócil a mi amor, Yo, su Dios, me daré a él en plenitud.
Yo soy el Dios del amor.
Amadme y glorificadme.
—Di a mis amigos que Yo, su Dios, deseo dialogar en amor con mis amigos, pues Yo necesito hablarle al hombre para que el hombre me conozca y sepa comprender que Yo soy la fuente del amor y de la misericordia.
No os canséis de Mí.
Yo necesito dirigirme a vosotros, pues el hombre no escucha mi voz.
Vosotros, Alianza de amor, escuchad mi voz.
Yo soy vuestro Dios: habladme con amor.
Yo soy vuestra esperanza: venid a Mí.
Venid a Mí, Yo os aliviaré.
Venid a Mí, Yo saciaré vuestros deseos.
Dadme gloria con vuestro cambio de vida.
Vivid en el mundo sin ser como los del mundo.
En vosotros tengo toda mi esperanza.
Yo os amo.
Vosotros, mis amigos, corresponded con vuestra entrega a mi amor.
Bienaventurado el que viva en Mí, pues Yo seré su galardón.
Diles a todos que Yo me comunico cuando quiero, a quien quiero, y a la hora que Yo quiero, porque es tan grande mi amor y Yo quiero entregarme a vosotros en amor.
No dudéis de Mí, pues sólo Dios os puede pedir pobreza y humildad, amor y caridad, perfección en el amor, soledad para el amor y entrega por amor.
A todos los nuevos amigos explicadles con amor la finalidad de mi Alianza.
Di a mis sacerdotes que no abandonen mi Obra, porque Yo os guiaré con amor.
No te desaliente el desamor.
Yo hablaba de mi amor y pocos escuchaban con amor, y pocos vinieron a Mí con amor.
Pero ten fe en mi amor.
Yo te entrego todo mi amor.
Y eres grande para mi amor.
Tu humildad atrae mi corazón.
Te amo, ¡oh hijo del eterno Amor!
Vive en mi amor, que Yo, tu amor, soy tuyo por amor.
Eres como un niño en mi regazo, pues eres como una flor, cuya fragancia y esencia es para Mí.
¡Oh hijo!, mira, este corazón lleno de amor y de dolor es para ti.
Busca mi amor, que Yo, tu amor, me doy a ti.
Yo soy tu amor.
Te amo con amor, ¡oh hijo del eterno Amor!
Di a mi gran amigo que el que viene a Mí, me encontrará.
Que este corazón es amor y en el amor no hay límites de amor.
Que le amor y mi mirada, llena de amor, es para todos y en todos está él.
Que Yo necesito amor.
Yo os doy amor.
Vivid de fe en el amor, de paz en el amor, de deseo de amor, de santificación en el amor.
Yo soy la fuerza del amor quien me dirijo a él con amor.
La pobreza que os pido es el despojo de vuestro ‘yo’ interior.
El que se empobrece de su ‘yo’ interior buscará la pobreza de lo exterior, porque ya no vivirá el yo personal, sino que quien vivirá será sólo Yo.
Y Yo soy amor, soy fuerza.
Y fui pobreza por amor.
El que tiene que no busque con afán tener, porque Yo deseo ser todo en todos, vivir en vosotros y ser amado de vosotros.
No confundáis dar todo, si vosotros necesitáis de todo lo que Yo, providencia, proveo para vuestra subsistencia.
Pero si tenéis, no apeguéis vuestro espíritu en el tener.
Empobreceos teniendo.
Sed pobres, despojados en vuestro sentir.
Y vivid pobres teniendo.
Dile: si tu hermano, que es mi hermano, no tiene de lo que Yo, providencia, te he dado, y tú por tu yo no te despojas de un pan a ti dado, eso no es pobreza; eso es apego y tu apego no es mi pobreza.
El que tiene que dé de lo que tiene al que no tiene.
Si tú, mi hermano, no tienes más que amor, da de lo que tienes, pues Yo, tu Dios, te di a ti todo cuanto Yo era.
Me gusta que el pecador vuelva a Mí y que ponga sus ojos en Mí.
Aquí está este corazón que os llama al amor, y por el amor a la conversión por amor.
Mi perdón es para todos.
Yo os amo con amor maternal, con amor paternal, con amor de hermano, con todo mi amor.
Y mi amor es todo para vosotros.
Me gusta que el hombre me alabe; que me gusta que el hombre me busque; que me gusta compartir con el hombre; pero, sobre todo, que me gusta darme por amor al hombre.
—Yo soy vuestro Dios y todos mis hijos son hijos de mi amor.
Y todos mis Aliados estáis llamados al amor.
Yo, el amor, me entrego a vosotros con amor.
Amadme, hijos de mi amor, que Yo, vuestro amor, os doy todo mi amor.
—Di a mis sacerdotes, aquí reunidos, que si ellos comprendieran lo mucho de mi dolor por el desamor de aquellos que un día llamé con amor…
Por eso vosotros, hijos del Amor, venid a Mí con amor, y dadme amor, y dadme ese vuestro amor, y dadme consolación con amor.
Amadme por aquellos que dicen que Yo, su amor, ya no los amo con amor.
Yo los amo con el mismo amor, pues Yo no cambio en el amor.
Siempre soy amor, y siempre deseo el amor.
Yo soy la omnipotencia.
Y sé y comprendo la debilidad del hombre.
Pero ¿acaso no os basta mi amor?
Yo sólo pido amor.
Y el hombre está para el amor.
Y el amor a Dios es solamente decirle: ‘Yo soy pecador, pero dame tu amor’.
A lo cual Yo contesto con amor: ‘Ven a Mí, hijo de mi amor’.
Mi deseo es que todos sean Alianza de amor, pues Yo, el amor, deseo hablarles de mi amor, para que con amor vuelvan al Amor.
Al que busque el amor, aquí en esta Alianza, se le hablará de mi amor, y de mi perdón por amor.
Aliados del Amor, hablad al mundo de mi amor.
Vosotros sois mi esperanza, para aquellos que niegan mi amor.
Yo soy sólo amor.
Yo soy fuente de amor.
Venid al Amor.
Yo soy el amor.
Antes de que os marchéis os quiero decir que os amo con amor.
Decid al Amor un poco de vuestro amor.
O decidme si es mucho vuestro amor.
Necesito que el hombre sepa que Yo, su Dios, le amo.
Cuánto os amo, hijos de mi amor.
Por eso os digo que esta Alianza es mi esperanza, porque mi amor espera vuestro amor, y en mi amor comprenderán mi amor.
Si vosotros atraéis a mis sacerdotes a Mí, éstos serán mi mayor victoria, pues ellos son amor y victoria.
-Amor, porque provienen del Amor.
-Victoria, porque deben ser imitadores de mi amor.
Diles que en mi Iglesia, al escuchar la palabra ‘amor’, deben de invocar al Dios amor.
Yo vivo en soledad, porque el hombre me aparta de él.
Los pecados que más hieren mi corazón son los sacerdotales, porque ellos han sido predilectos de mi Padre.
Y quien me ofende a Mí, ofende a Aquel de quien Yo provengo.
Mi Padre es un Dios olvidado, porque el hombre ha puesto ante el hombre la imagen de un Dios cruel y tirano; pero mi Padre es amor, es amor y misericordia.
Y del amor que os da, Yo soy testigo vivo.
Me gusta hablar al hombre, y Yo, vuestro Dios, aprovecho cuando estáis deseosos de escuchar lo que proviene de mi amante corazón.
Di a mis amigos sacerdotes que por eso, antes de hablar Yo al hombre por medio de ti, te pedí humildad, docilidad, apertura, y despojo, para que en ti no viviera el rey ‘yo’, sino que triunfara mi amor.
A todos mis Aliados pido humildad por amor, entrega al Amor, fe en el Amor, pobreza por amor, humildad, humildad, oración en humildad, perfección con humildad, amor, amor, amor.
Por eso deseé que os juntarais, para así mismo manifestarme ante vosotros.
Yo soy un Dios vivo y eterno.
Un Dios hombre y sempiterno.
Un Dios lleno de amor, que desea vuestra amistad.
El hombre sabio, según la sabiduría del mundo, comprenderá mi ciencia, pero será confundido por su falta de humildad.
Yo abro mi corazón al humilde y cierro el entendimiento del soberbio.
Por eso, mis queridos hermanos, abríos al Amor.
Por la humildad debéis de ser sabios en Mí y para Mí.
Amigos, os doy mi amor y os pido amor.
(Breve comentario sobre la sabiduría según el mundo y la humildad en Cristo)
Prudencia debéis de tenerla y discernirla en la verdad.
Si ellos escuchan mi verdad, dada en mis mensajes, encontrarán la verdad de mi verdad.
Pero si ellos se cierran a escuchar mi verdad, perderán los dones de mi verdad.
Pensad en esto: ¿qué es lo que les mueve su verdad o mi verdad?
Por vuestro testimonio en el amor y en el despojo ellos comprenderán que vosotros habéis descubierto la verdad.
Y la verdad soy Yo en verdad.
(Al explicar los elementos que intervienen en el recibir los mensajes y cómo se queda admirada ante el juego de palabras del Señor).
No es que tú no entiendas mi verdad, sino que es mucha verdad para ti, que eres muy poco de esa verdad.
Pero Yo soy tu verdad y me amas a Mí con verdad.
Tu alma, al escuchar mi voz, ama a su Dios verdad y atiende con amor en verdad al Dios excelsa bondad.
(Tras una explicación de los factores que se envuelven en la comunicación).
Ahí está el Espíritu de Dios en el alma, y alma y Espíritu trabajan en conjunto para dar gloria al eterno Amor.
Tú eres transmisora de mi deseo, eres amiga del Amor y debes de ser alma viva de amor para el Amor.
—Sufriréis por la verdad.
Pero la verdad de mi verdad se cumplirá en verdad.
(Referencia al ejercicio de amor en la comunicación divina).
Porque sin amor el alma no podría transmitir mi amor.
Hay teólogos que hablan de mi amor pero no viven el amor y están fríos del alma, porque les hace falta lo esencial que es el amor.
Yo confundo al soberbio y engrandezco al humilde.
Esa es la oblación del alma para escuchar al Dios del alma y hablar a las almas del amor de su alma.
Tú habla ante ellos de mi verdad, aunque no crean en la verdad.
Pero Yo, la verdad, te digo que mi verdad se conocerá en verdad.
Es sabio según el mundo quien pone su saber en las cosas puramente intelectuales y no las abandona al poder divino.
No comprenderá más que lo humano y no podrá amar y ver lo sublime de lo divino.
La significancia del amor está en el amor.
Tu sentir no deja en tu corazón de sentir, pero tu alegría da la fuerza a tu sentir y tu alegría es fuerza de mi alegría.
Tu alegría es don de mi alegría.
Pero tú no dejas de sentir, porque Yo, tu Dios, sufro contigo en tu sentir, porque Yo habito dentro del ser del hombre.
Cuando el hombre goza en Mí, Yo gozo con él.
Cuando el hombre sufre en Mí, Yo sufro con él.
Cuando el hombre ora para Dios, Yo, su Dios hecho hombre, me uno a su oración para alabar a mi Padre.
Estoy contigo. No temas.
La Alianza es de mi Padre; y vosotros, miembros de esta Alianza, debéis hablar sin temor de mi Alianza.
Pero dime lo que desea escuchar mi corazón.
-Señor, le dije, quiero amarte; pero soy tan imperfecta…
Deseo amarte. Cambia Tú los impulsos de mi corazón.
Yo deseaba escuchar ese deseo que partiera de ti.
Yo te cambiaré si así lo deseas, porque por tu vida el hombre creerá en Mí.
Ámame.
Ábrete al Amor.
-Señor, yo estoy aquí. Quiero ser toda tuya.
Gracias por decirme esas palabras, ya que el hombre no desea amarme.
Dime, ¿qué significo para ti?
-Todo, Señor.
Pues Yo te digo que estoy enamorado de ti y tú eres un poco de mi todo, porque Yo, tu todo, me doy a ti y tú te das a Mí.
-Señor, yo también me entrego toda a Ti.
¡Gracias, muchas gracias! porque tu amor me ha hecho olvidar el desamor de tantos.
-Señor, ¿quién soy yo para que me ames tanto?
Tú eres la amada de mi amor.
¿No te basta mi amor?
-Cuando volví en mí, le dije: ‘Señor me siento apenada con mis amigos. ¿Por qué si Yo lo único que quise darte fue amor?
-Señor, ¿por qué pasa en mi alma eso que cuando Tú hablas por mí siento en mi alma la impresión que desaparece mi personalidad y Tú tomas posesión completa de mí?
Si puedes y quieres recordar en los primeros tiempos y en todos los tiempos de la existencia del hombre, Yo hablaba al hombre por el hombre. Y aquí me citó a Moisés, a quien decía: di al hombre que cambie… etc.
Por eso no os espante que ahora hable tan directamente al hombre.
—Señor, yo nunca hubiera ni siquiera imaginado que Tú existías dentro de mi ser, pues eras para mí un Dios tan lejano a mí.
Yo soy la Trinidad viva palpable que habito dentro de tu ser.
(Semblanza musical: Tema del concierto para piano No. 1)
Un día, mientras escuchaba la bella melodía del ‘Tema para piano No 1 de Tchaikovsky’, el Señor se me acercó y me dijo:
-“¿No me invitas a escuchar contigo esa melodía?”
Sí, Señor. Ven conmigo cuando Tú lo desees.
Esto fue hace ya algún tiempo, pero hoy, al volver a escuchar dicha melodía el Señor me la ha explicado y aplicado a mi alma.
Esa es la pieza de nuestro amor, porque tu amor y mi amor se encendieron y fueron en sí un solo amor.
Ese remanso que escuchas es una semblanza del alma que extiende su espíritu hacia mi amor y llega pobre y amante para que Yo la arrulle en mi corazón, y la vuelva loca de amor, y nos amemos con amor, y nos extasiemos el uno y el otro en amor.
Es la semblanza del amor para que vosotros comprendáis el amor.
Ese es el silencio, ya del alma en el amor.
El alma ahí ya enamorada del Amor, le canta al Amor.
Ahí es ya fuego de amor, arrullo en el amor, embeleso de amor, paz y amor en el Amor.
Es en sí el recuerdo viviente de aquel nuestro amor, y de la entrega completa en el amor.
Ahí es donde el alma en brazos del Amado, el Amado se da a la amada, y la amada, reclinada en el Amado, se entrega con amor a su Amado.
Yo soy un ser semejante al hombre, pues quise saber y comprender (en la experiencia) el sentir del hombre.
Yo no me canso de hablaros.
Necesito hablar para que el hombre me conozca y me ame.
19 de Julio de 1982.
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