La vigilancia en el espíritu debe de tomarse con sumo esfuerzo personal, bajo la vigilancia de un ministro que sea hombre de fe y de profunda humildad.
Vuestro espíritu requiere de estos tres dones que son: fe en Dios, sumo Señor, esperanza en el Dios verdad, y caridad a conciencia.
Se requiere también despojo absoluto del yo personal, pero sobre todo oración personal; porque esa oración brota del corazón del hombre y enternece al ser de Dios, que espera respuesta personal del hombre, porque el corazón del hombre ha sido creado para amar y servir a un Dios que le ha creado.
Por eso, hermanos míos, queridos del Padre y buscados por el Espíritu de mi Padre, aumentad vuestra fe, entregad vuestra sensibilidad al Espíritu de Dios.
Vuestra fuerza espiritual provendrá del Espíritu increado.
Vuestras armas son: la oración según Dios, oración e invocación personal y en conjunto al Misterio trinitario, oración de sacrificio y de oblación de la persona a Dios.
Yo soy el Dios sempiterno, que espero con amor paternal el regreso de mis amados, les acojo en mi ser y les cobijo con amor maternal.
Vivid de fe en Mí.
Obrad según la fe.
Amad la verdad.
Vivid de la verdad, en esperanza de esa verdad.
Morid al mundo y a sus concupiscencias.
Valorad vosotros al espíritu de la verdad.
Purificad vuestros sentimientos.
Sed almas de amor a los demás; almas sensibles al dolor de los demás; almas deseosas de la verdad; almas caritativas con vuestros hermanos; almas silenciosas para que escuchéis dentro de vosotros al Dios verdad; almas alegres; almas virtuosas para Mí; almas sencillas; almas puras; almas que me den gloria y alabanza.
Con ello fortificaréis vuestro espíritu; ese espíritu que volará al Padre si vosotros lo consagráis al Dios Trino y Uno.
Yo soy la verdad.
Vosotros, si estáis en Mí, seréis testimonios vivos de mi verdad.
La pobreza es esencial para el enriquecimiento de vuestro espíritu.
La oración en Mí y para Mí será la fuerza que os sostenga.
Gozad de Mí con vuestro hermano.
Atraedlo a Mí con vuestra conversión.
Si sois mis Aliados buscad la soledad de Dios, y vivid dando honor y alabanza vuestro Dios.
No penséis que el orar es estar con impaciencia de orar.
El trabajo es oración.
La alegría es oración.
El amor al hermano es oración.
El pensar en el mismo hermano es oración.
El unirse en mi nombre es oración.
El vivir de fe es oración.
El tener confianza en el poder de Dios es oración.
El que tiene esperanza en el perdón de Dios hace oración.
El que ama en caridad al que le odia está haciendo oración.
El que me busca con amor se entrega a Mí en oración.
Alegría, perfección, oblación, prudencia, amor, todo que sea como una oración en conjunto para el perfeccionamiento y santidad de vosotros.
Por eso os suplico oblación, porque el entregar vuestro trabajo, vuestro esfuerzo, vuestro ser es oración en oblación.
Aún el sueño ofrecido a Dios por amor es oración.
El alma que ora en verdad se conocerá por estos frutos: paz, alegría, deseo de amar, confianza y mucha esperanza en Mí.
La paz interior es manifestación de profunda oración.
Almas orantes, sed almas alegres, renovadas, transfiguradas en mi ser.
Almas silenciosas, pero que por vuestras obras manifestéis vuestra oración.
Alegre en Dios es el alma que da alegría a Dios y en Dios a los demás.
Empezad vosotros con el despojo personal del yo, y, terminado ese yo, Yo, el mismo Dios, habitaré en vosotros con plenitud.
El día que vosotros decidáis con firmeza absoluta a borrar de vuestro ser vuestro yo, ese Dios, el Dios verdad, el Dios amor, el Dios Trinidad tomará posesión absoluta de vuestro ser y vuestro yo será mi Yo.
Si vosotros tenéis amor y firmeza y esperanza en mi amor, Yo, el Amor, me posesionaré de vuestro ser y os haré hombres de fe y de amor, y hombres que den esperanza a sus hermanos, y hombres sensibles a la falta de caridad.
Cuando tú, mi amada, y vosotros, mis amados, sin provocarlo, pero sintiéndolo dentro de vuestro ser, ofendáis a vuestro hermano, vuestra alma, deseosa de perfección para dar amor al Amor, sentirá sensiblemente dolor de su falta de caridad.
Hay almas que el demonio para inquietarles y quitarles mi paz, provoca estados, donde, al responder o contestar al hermano, aparentemente el hablar y el decir al hermano, es falta de caridad.
El demonio tratará con la desolación de hacerle sentir que no está del todo en Dios; y Yo, su Dios, estoy en ella y con ella.
Pero hay ocasiones en que para el alma son útiles estos fracasos, para mayor amor, mejor oración, y para la entrega absoluta de su pensar, de su sentir y de todo su ser.
Si sois orantes, y vosotros me ofrecéis vuestro ser en oblación, Yo el Espíritu de Dios os haré sensibles a toda imperfección.
Vuestro ser se tornará en entrega perfecta a mi ser.
Por eso deseo que vosotros, Alianza irrompible de Dios, cambiéis para que vuestros enemigos sean confundidos y vean en vosotros la verdad de Dios.
No mundo, aunque viváis en el mundo.
Alegría y comportamiento en Mí.
No os apartéis de Mí.
Vivid siempre cerca de Mí.
Amad al Dios, amor infinito.
Humildad.
Oración.
Penitencia.
Entrega en oblación.
Deseo de perfección.
Amor, amor siempre.
Que vuestro lema sea: amor por el Amor.
Yo soy el amor.
No os olvidéis del amor a mi Madre, porque será el anzuelo que os atraerá con su ejemplo al Dios Trinidad.
La Madre de vosotros, mi Madre, será vuestro consuelo, y en Ella veréis reflejado el amor maternal de Dios.
Vuestro lema sea: amor, amor.
Pobreza por amor.
Enriqueceos de Mí.
Vivid de cerca mi Evangelio.
Amad la justicia.
Vivid de mi paz.
Gloria siempre a Dios Creador y Señor de todo cuanto existe.
No confundáis el amor según el mundo, que consiste en vivir según la carne.
Vosotros sois testimonios vivos de mi amor, venciendo el demonio y atando la carne, para que viváis en el gozo eterno de mi Padre.
Yo, vuestro Padre, clamo a vosotros, mis Aliados.
Sed testigos de mi Obra siendo almas pobres, amantes de la justicia y siendo testimonios de la verdad.
Yo os amo. Yo os amo.
Vivid pensando en las cosas eternas.
Aplacad vuestros deseos de mundo.
Vivid de amor y dad amor.
Vivid alegres, porque soy un Dios lleno, pleno de alegría.
Vivid en oración, y dadme consuelo y amor.
Yo os doy todo mi amor y me entrego a vosotros por amor.
Yo soy el Dios creador que busco en el mundo almas despojadas, almas valientes, almas deseosas de unión en Dios, lamas pobres, almas silenciosas, almas orantes, almas alegres, porque vuestra alegría será testimonio vivo de mi alegría.
Gozad en el amor, y atraed a las almas a mi amor por vuestro gozo.
Yo os doy el ósculo de amor.
No temas que mi verdad, aunque el hombre no la quiera escuchar, la tendrá que escuchar.
Muchos creen en el poder del Espíritu de Dios y apartan de ese poder la presencia indisoluble del Padre.
Yo soy Padre, Hijo y Espíritu.
El que ame al Padre está en el Hijo.
El que se entregue al Hijo vive en el Padre.
El que se goce en su Espíritu, gozará del Padre y del Hijo.
Yo soy Padre, Hijo y Espíritu. Verdad de fe.
Yo soy un solo Dios y tres Personas en Dios.
Diles que por eso es mi deseo que el mundo reconozca al Padre, al Hijo y a su Espíritu.
Vosotros seréis heraldos de la Trinidad y daréis al mundo el mensaje de amor trinitario.
(Tras breve intercambio del pensar de la gente sobre el Padre.)
Yo soy un Padre olvidado, un Padre desconocido, un Padre que en apariencia castiga y no perdona.
Y Yo soy un Dios lleno de amor y misericordia.
Si mi Hijo perdona, Yo soy el que perdono.
Si mi Espíritu vive en vosotros, Yo soy el que vivo.
Yo soy el Dios Hijo, y Yo soy el Dios Espíritu.
Pero para muchos soy un Dios castigo, y Yo soy el Dios del amor, el Dios de la paz.
El Dios Padre con un corazón lleno de amor maternal.
Yo os amo.
Soy vuestro Padre.
Hablad al mundo y decidle que les amo y les perdono.
Yo soy la augusta y eterna Trinidad.
M.M. muchos creen que Yo no vivo dentro de ellos, pero diles que Yo estoy dentro y fuera de ellos.
Si mis almas viven en gracia, Yo vivo plenamente dentro de ellos.
Yo soy un Dios presente en todo momento.
Por eso, si vosotros decís: ‘Dios vive en mí’, dad testimonio de mi existir y mi vivir.
(Tras un breve diálogo sobre la presencia de Dios en sus criaturas.)
Yo amaba a ese ángel (el diablo).
Le amaba; pero él no me amó, y por eso perdió mi amor; y por eso os quiere apartar de mi amor.
El hombre busca su paz sin Mí, y el que busca esa paz morirá sin paz, porque Yo soy la paz que perdura.
El que busca la paz en lo superficial y se aparta de su ser, no encontrará ni fuerza, ni paz y morirá sin conocer la verdad.
Yo soy la paz.
Yo soy la verdad.
Yo soy el poder.
Yo soy la magnificencia.
Yo soy la esencia.
Yo soy la plenitud.
Yo soy longitud.
Yo soy exaltitud.
Yo soy dimensión.
Yo soy quien soy.
Y soy aquel Dios, presente en todo ser.
Yo soy el poder, no destructor, sino dador.
Yo soy omnipotencia.
Yo soy belleza.
Yo soy el alfa y la omega.
Yo soy el Dios amor y perdón.
Yo soy el Dios que os ama.
Vosotros sed generosos y dadme amor.
Yo soy la verdad y os vengo a dar mi verdad.
Yo soy el amor y os doy todo mi amor.
Yo soy Trinidad.
Decid al mundo con vuestras obras que vosotros sois de la Trinidad.
Si miráis la faz de la tierra, veréis en ella el poder y la belleza de Dios.
Si miráis al cielo, buscad ese cielo, y ese cielo soy Yo.
Si veis al hombre, dadle mi amor, y decidle que Yo, el amor, deseo amor.
Dadme gloria por todo lo creado.
Cantad al Amado de todo lo creado.
Vivid de amor y dadme amor.
Cantad con amor, para que muráis de amor.
Que todo lo creado me alabe; y vosotros, mis amados, creados por amor, cantad al Amor, pues Yo soy sólo amor.
Yo soy el amor.
Yo soy la verdad.
Yo soy Trinidad.
Vivid en verdad.
Amor y siempre, siempre, pobres por amor.
Yo soy el Dios Trino y Uno; el Dios que os ama; el Dios que desea el amor del hombre.
Yo soy el Dios que busca ser amado y reconocido.
Entrega os pido.
Cantad a la verdad, y proclamad la verdad que se ve reflejada en todo lo creado.
Y vosotros, trinitarios, cantad al amor, pues Yo soy amor.
Os ama el Amor.
Yo soy un Dios que me gusta que el hombre me cante; que el hombre me ame; que el hombre me dé gloria; que el hombre ore a su Dios; que el hombre perdone en nombre de Dios; que el hombre se despoje de todo por su Dios; que el hombre salte e gozo en la presencia de Dios.
Que el hombre cuando ore, ore con alegría, para que Dios vea su alegría.
Vosotros orad, no con reflejo de tristeza, orad con gozo y alegría, porque al que oráis es un Dios alegría.
A todos mis Aliados, vosotros, mis amados sacerdotes, educadles para el amor y decidles que el Amor es alegre, que el Amor es verdad, que el amor en Dios deja paz, que el amor vive sólo pensando en su Amor.
Que vuestros ojos, amados, se miren en mis ojos.
Que vuestros pasos sigan las huellas de mis pasos.
Que vuestro corazón se asemeje al mío.
Y si vosotros vivís de Mí, los demás en vosotros me verán a Mí.
A aquellos que ataquen mi verdad, vosotros, Aliados de la verdad, atraedlos con vuestro vivir a la verdad.
Si les habláis de la verdad y ellos no entienden mi verdad, vosotros, que vivís e mi verdad, orad al Dios de la verdad, para que ellos reconozcan la verdad.
Porque el que está ciego en la verdad no puede vislumbrar la verdad.
Por eso orad al Dios verdad, para que Dios obre en el alma y le dé a conocer la verdad.
Di a mis amigos sacerdotes que si algún miembro cree estar en la verdad, y sólo busca su verdad, lo atraigan con amonestaciones a la verdad, y si él persiste obstinado en que él vive según la verdad, todos oren al Dios verdad, para que aquel hermano que, por su incredulidad y egoísmo, vive sin verdad, vuelva con sinceridad a mi verdad, y vea en mi ser mi verdad.
Si vosotros estáis ya en mi verdad, buscad al hermano con paz y decidle que Dios Trinidad le ama en verdad.
No caiga en vosotros ningún desaliento: orad al Dios verdad por el hermano que no acepta la verdad.
Por eso os pido que practiquéis la humildad y borréis de vuestro ser el yo personal, porque así, ningún contratiempo quitará de vuestro ser la paz que os da el Dios Trinidad.
El libro de la verdad se abrirá a vuestro entendimiento, si lo buscáis con humildad y siempre deseosos de amar la verdad.
Yo soy libro abierto de la verdad, porque mi corazón está abierto a vosotros y Yo soy sólo verdad y el amor de la verdad.
Por eso seréis Carmelitas Descalzos por amor a la verdad.
Yo soy la verdad.
Yo soy verdad y en Mí, sólo en Mí, hallaréis la verdad, porque soy verdad.
Y me abriré a vosotros, y vosotros veréis mi verdad, y seréis testimonios de mi verdad, y moriréis siendo amigos fieles de la verdad.
Porque el que vive amando al Dios verdad, morirá en el amor de la verdad.
El que ora, busca la verdad.
El que ríe, y ríe en mi nombre, da testimonio de mi verdad.
El que dice con firmeza mi verdad, perdurará en la verdad.
El que dé gozo al hermano en mi nombre, ahí está dando testimonio de la existencia del Dios verdad y hermosura, del Dios que es amor y verdad.
Vosotros significaréis mi presencia para el mundo, si vivís en amor, alegría y humildad, para que ante todos seáis testigos de la verdad.
Alegría, alegría, alegría, alegría, alegría, humildad, paz, perdón, oblación, amor y verdad, oblación, pobreza, y amor.
Vivid del Amor.
Amad al Amor.
Buscad mi amor, y seréis verdad del Amor.
Resonancia en vuestro espíritu: alegría, humildad, amor.
Fuerte, escribe fuerte: oblación. Más grande: OBLACIÓN.
Con énfasis: POBREZA, POBREZA.
Pero con mayor énfasis la palabra: AMOR, AMOR en el AMOR.
Quiero que mis Aliados sean señalados por los del mundo y digan de vosotros:
‘Mirad cuánto se aman’.
‘Mirad qué alegría poseen’.
‘Mirad cómo aman la verdad’.
‘Mirad qué entregados al Dios verdad’.
‘Mirad cuán pobres son por amor a un Dios que se hizo pobre por amor’, a un Dios que murió por amor, siendo testimonio vivo y eterno de la verdad.
Porque el vivir proclamando la verdad os hará merecedores de morir proclamando al Dios verdad.
Por eso vivid, vivid siempre buscando la verdad.
No la busquéis con egoísmo personal, sino por amor al Dios verdad.
Mi verdad está en mis pobres, en mis enfermos, en aquellos marginados, en aquellos olvidados, en aquellos pecadores despreciados, en aquellos que por su egoísmo me apartan de Mí.
Mi verdad está en mi Evangelio.
Vosotros, aliados, sed evangelios vivos del Dios belleza, verdad y amor; del Dios que os crio por amor; del Dios que vino a salvaron por amor, y que desciende al hombre como fuego de amor.
Os ama el Dios Creador, el Dios Salvador, el Dios fuego de amor.
Es mi deseo, M.M. que esta Alianza de amor no se oculte ante el hombre; que sepa el hombre que existe Dios y que es Alianza de Dios y del hombre.
Los Carmelitas se congregaron y se apartaron por amor, para buscar el morir y vivir sólo deseosos del Amor.
Fueron los primeros que buscaron al Amor en el amor, y desearon apartarse del mundo por amor, y sacrificaron su yo por amor, hasta morir apartados del mundo por amor.
—Para el mundo hay millares de seguidores; pero para el Dios verdad y amor son pocos los verdaderos amantes del Amor.
POBREZA sea vuestro espíritu.
AMOR vuestra verdad.
Y ALEGRÍA vuestro sentir, para dar testimonio al mundo que vive ciego a la verdad.
(Con relación al Retiro para la Solemnidad.)
Quiero que en esa preparación para la renovación de la oblación, se hable a mis Aliados: de cómo vivir según el Evangelio, y de cómo deben ser ellos Evangelios vivos de la verdad.
Quiero, y es mi deseo, que se hable: de mi amor redentor, de mi amor, que es amor de verdad; de la entrega en plenitud de vosotros al Amor, y que se deje claramente impregnado en vosotros el deseo de perfección.
Pobreza. Quiero que seáis pobres ante el mundo, para que ese mundo deseoso de riqueza, deseoso de placer, vea en vosotros la imagen de un pobre por amor.
Quiero que se hable, en concreto de mi amor, de pobreza, de oblación y de perfección.
Pero sobre todo habladles del deseo de mi corazón de ser amado por todos aquellos que me desprecian y no me aman.
Quiero también que se haga un momento especial de reparación por las ofensas del mundo, y en especial por las ofensas de mis consagrados y sacerdotes.
Que vuestros hijos, hijos de mi amor, me canten con gozo.
Que su cantar sea un desagravio.
Que todos, con manos unidas en señal de amor y de perdón, me alaben.
Pero mis hijos sacerdotes, no descuidéis mis Primaverales y tiernos hijos.
No les olvidéis que serán la esencia de mi amor.
Que se hable a nivel público de este deseo de mi corazón, de que sean Alianza de amor.
Porque vuestro enemigo habla a sus amigos de sus planes, vosotros, mis amigos, hablad al mundo de mis deseos, y de que mi deseo sea verdad, para la glorificación y exaltación de la Trinidad.
(¿Purgatorio? —El que sea Aliado con amor y viva en pobreza, castidad y obediencia, y muera amando al Dios Trinidad no pasará ni un segundo de purgatorio, porque Yo vendré con gozo a recoger su espíritu y a llevarlo a aquel lugar de predilección, cerca del trono de Dios.)
Porque si vosotros no habláis, ¿quién hablará por Mí a vuestros hermanos?
Si vosotros buscáis mi Reino, hablad al mundo de la existencia de ese Reino.
Si vosotros os ocultáis ante el mundo, ¿cómo proclamaréis la verdad de Dios?
Si vosotros no habláis, inútil sería mi hablar con vosotros.
Transfiguración:
Estoy contento, muy contento, porque este día es el día de mi transfiguración.
Vosotros, mis Aliados, proclamad ante el mundo mi grandeza y mi amor.
Yo he olvidado por estos momentos de amor vuestras culpas.
Ahora caminad por amor en el camino de la verdad.
Yo soy la Trinidad.
Yo soy –no temas- quien estoy en ti, y vivo cerca de ti, y te amo tanto a ti.
Mi transfiguración ante vosotros es mi manifestación ante vosotros.
Lo que te diga Yo a ti es para todos en general, porque al decirte ‘te amo a ti y vivo dentro de ti’, atraigo a todos a Mí, y por ti digo a los demás que les amo y que vivan de Mí.
Dicen mis amigos sacerdotes que este mensaje (dado a los sacerdotes) es dado al igual que a mi amada Margarita. ¿No es así? –Pero diles: ¿Acaso han hecho caso de mi mensaje de hace años?– Porque Yo no he visto mayor renovación en sus espíritus.
Conocen que este es el Corazón que ama a los hombres, pero ellos no han abierto su corazón para Dios.
Y con palabras de desprecio he escuchado que este mensaje es parecido al de mi sierva. Pero, ¡oh dolor! Yo, su Dios, no he visto que hayan abierto su corazón para darme lo que mi Corazón desea y lo que su Dios quiere: que ellos sean para Mí ‘alabanza de mi gloria’.
El hombre actual busca sensacionalismo y eso le hace cegarse en su soberbia.
Yo soy un Dios siempre antiguo y siempre nuevo, y mi verdad está encerrada en dar amor y recibir amor.
El hombre no se renovará si no es humilde de corazón. Sabrá la verdad, pero nunca conocerá al dador de la verdad.
El mundo vive de teología, pero desconoce al Dios verdad; porque Yo, la sabiduría infinita, vine al hombre en pobreza y con amor.
Y al hombre le suplico me ame y me busque, no en las riquezas del mundo, sino en pobreza y oblación.
Y eso asusta al hombre intelectual, al hombre que busca la verdad sin querer practicar.
Es que Yo, el Dios verdad, vine a predicar:
Sed pobres por amor.
Dejad vuestras casas, hermanos y amigos, y sed almas entregadas al amor, y sed dóciles a mi amor.
Buscad el Reino de Dios.
Y Yo soy ese Reino.
Pero si queréis tener participación en mi Reino dejad todo por mi amor.
Muchos saben escribir mi verdad; saben contestar con teología mental; pero, ¡oh dolor! Pocos participan de la verdad.
Porque la verdad consiste en el desprecio a sí mismo, en amar y perdonar, en dar amor y en conocer por la humildad al Dador del amor.
—A todos mis Aliados, aquí reunidos: os amo, os amo. ¡Cuánto os amo!
Os amo.
Yo quiero ser vuestra verdad.
Penetrad en mi ser, que Yo os haré verdad.
(Referencia a la festividad de Nuestra Madre Santísima del Carmen).
En ese día en especial consagrad vuestros corazones a Aquella que fue sólo amor para su Dios.
Ese día todos, todos hagan reparación a mi dolor, y que esa reparación consista en su entrega a mi Alianza.
Es mi deseo que ese día, como palomas de mi amor, Yo os entregue en los brazos de mi Madre.
Todos mis Aliados, seguros de mi amor, vestid el hábito de penitencia, por amor, los colores que os distinguirán de aquellos que viven según el mundo, porque vosotros sois llamados para ser coherederos del Reino de Dios.
Vuestro hábito es señal de penitencia.
Yo, el Hijo de Dios, no vestía con ostentación para alcanzar del Padre vuestro perdón.
Vosotros, al vestir este hábito de penitencia, pedid al Padre el perdón, principalmente de los pecados sacerdotales.
Al imponeros vuestras vestiduras decid:
‘Padre, en tu nombre y por tu amor, visto este hábito de penitencia.
Perdóname mis pecados.
Y suplico tu perdón para mis hermanos.’
Y ahí seréis oblación personal a Dios, y por Dios a los hermanos.
Que el vestir este hábito en mi nombre os recuerde que habéis muerto al mundo y que vivís para Dios; y que lo hacéis por amor a un Dios amor, que del hombre sólo recibe desprecio y desamor.
El que se ofrece al Padre en oblación por sus hermanos, hace lo mismo que Yo hice en la cruz, di mi vida por la salvación de mis hermanos.
(Ante los fuertes dolores sufridos por la tarde…)
Tú te has ofrecido como oblación por el perdón de los pecados sacerdotales, y eres corredentora en unión de la Sma. Trinidad para rescatar a mis almas del poder de su enemigo.
El dolor, unido a mi dolor, es oblación de amor.
El amor purifica.
El amor virginiza.
El amor en Dios hace al hombre amigo íntimo de Dios; y Yo, su Dios, seré su salvación y su donación.
Norma: Es mi deseo que mis fieles Aliados tomen con amor como norma leer diariamente un mensaje sacado de mi Evangelio, para que lo vivan y cambien para Mí.
Don: No temas ni te espantes, que el don que te he dado es transmitir, por medio de tu espíritu, mi deseo de salvación para el conocimiento del misterio de Dios a tus hermanos a ti revelado.
Es un don sobrenatural, para manifestar a los del mundo que existo y vivo dentro de ellos, y deseo ser reconocido y amado; y también para manifestar mi grandeza.
El amor unifica, y si vosotros os unificáis en mi amor, me daréis gloria y seréis alabanza de mi gloria.
6 de julio de 1982.
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