Pedagogía Divina

Yo os quería explicar cómo, al hablar al principio al hombre, si ante el hombre Yo me hubiera presentado en la persona de mi Hijo, entonces el hombre, cuando mi Hijo viniera a redimirlo, lo entendería plenamente, ya no sería un misterio. 
Pero en mi planeación de omnipotencia, Yo me presentaba bajo el nombre significativo de Yahveh, que quiere decir “Dios está con vosotros.” 
Pero mi Hijo estaba en Mí en unión de mi Espíritu y los Tres bajamos a la faz de la tierra. 
Pero la voz del Padre se escuchaba, para que después del tiempo de mi Hijo se presentara ante el hombre, para que Él fuera reconocido y amado. 
 
Porque –como ya os he dicho- cada Persona tiene su función salvífica, y aún no era el tiempo de revelar al hombre a mi muy amado Hijo. 
El Padre creador estaba preparando al Pueblo de Dios para la venida de su muy amado Hijo, y para que aquellos soberbios inclinaran su dura cerviz. 
Vino a ellos revestido de hombre pobre, humilde, hablando de una doctrina llena de sabiduría y amor, no como ellos pensaban que vendría. 
El Hijo del Omnipotente vino pobre, siendo rico, pero para dar ejemplo de redención. 
 
 
13 de septiembre de 1982. 

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