San Juan de la Cruz 2

Al iniciar la lectura de la vida de San Juan de la Cruz sentí un extraño gozo, y creí que era curiosidad; pero interiormente hubo contestación de inmediato: “No es curiosidad; el Espíritu Santo motiva esa inquietud, porque es deseo de tu Dios que leas y releas la vida de mi siervo, porque en ella encontrarás la espiritualidad a seguir, y tu alma se fortificará y encontrará el camino que tú has buscado. 
 
Mayo de 1981. 

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