Cuando mi amigo sacerdote después del llamado a la elección privilegiado del Sacramento sacerdotal se aparta a su soledad, vive sin el deseo de oración en comunión, su vida es rutinaria por el deseo de cumplir lo contraído, pero sin esforzarse a salir de lo limitado hacia lo ilimitado, y hace su vida un sí sin la fuerza del verdadero sí, vive en mediocridad sin despegar su mirar de las cosas terrenas y no sublimiza su trabajo apostólico, no sublimiza su actividad salvífica, no externaliza el misterio del Cuerpo y Sangre redentora, sino que rutinariamente vive su misa, pero no ama en fe y con excelso amor ese Misterio redentor, y no buscando su paz reconciliatoria consigo mismo, se esconde en su vivir y busca fuerza en el placer, en la disipación de su voluntad, cae poco a poco como una lluvia en una noche tenebrosa y sin salida.
La fe va muriendo.
La esperanza se disuelve.
La caridad habitual muchas veces permanece, pero el idealismo llevado por amor al día de su consagración fenece.
Pero no porque haya sido una equivocación mi llamado. Yo reparto dones según mi deseo, pero la infidelidad hace presa de su corazón sacerdotal.
El llamado es eterno.
Mi amor es eterno.
Su amor por Mí es superficial.
Pero lo dicho a él (un sacerdote que decía que Dios daba su gracia también al sacerdote que se casaba…) es creer en mi misericordia, pero ocultando la verdad del que le llamó.
Lo dicen filosóficamente, pero Yo, el Dios increado, principio y fin, os digo: “Aún Judas en el infierno será sacerdote eterno”.
. . .
Yo no tengo determinada hora, porque en mi tiempo no hay tiempo.
En este tiempo es difícil que las almas crean en Mí, porque el Demonio ha tomado como escudo la apariencia de Dios para hacer creer al hombre que Yo soy el que me revelo ante muchas almas, para confundir la verdad y para destruir la esencia que proviene de Dios, que es verdad y santidad.
El Demonio también sabe y puede dar mensajes sin tener amor de amor.
Pero seguridad en estos mensajes no la hay, porque por sus obras conoceréis si provienen con verdad del Dios verdad.
El Demonio también puede hacer escribir sin saber escribir, y puede hacer hablar en lenguas, pues él es traductor de lenguas.
Pero lo que no puede es dar amor al Dios del amor y dejar amar a las almas.
Guadalajara, 25 de Agosto de 1982.
*Éxtasis obligatorios que el alma por su celo obliga a su ser a apartarse del mundo real y se infiltra en el irreal.
Pero el fruto es señal del verdadero éxtasis.
Si no hay fruto, no hubo luz de mi luz, ni unión en amor en perfección con la Luz que soy Yo.
Éxtasis paradójicos.
Éxtasis reflexivos.
Éxtasis vibratorios.
Son éxtasis en los que, en ese momento, el ser se desliga de la realidad para escapar de la verdad, sin encontrar la Verdad.
Aunque puede hablar de la verdad, no demuestra la verdad.
Una criatura puede extasiarse bajo el control de su mente, sin amarme, ni siquiera desearme.
Vibratorio: es que todas las fibras de su ser vibran al unísono y se paralizan sin fruto, por deseo natural.
El mismo celo de sentir un éxtasis que el alma ha escuchado que se ha realizado, hace que el alma se motive para sentirlo y vivirlo, sin realizarlo en la perfección de la unión de amor.
Éxtasis místico: es revelación, comunicación, unión de amor, luz que ilumina al alma y la unifica en el amor, y la hace comprender su maldad, pero con paz y docilidad, y le deja impregnado el deseo de mayor perfección y unión.
Y el conocimiento del Amor es probado en obras, para que Dios sea amado y glorificado.
Dios es sabio y Él a quien quiere regala esa unión de amor y en el Amor.
*N.B. Al comentar sobre distintos casos de pseudomisticismo…
. . .
Aclaro cosas filosóficas, pero que no están en mi ser…
Filosofía vivida es mi deseo.
Algunos desertores de mi Reino obligan a las parejas unidas por el sacramento matrimonial a vivir en el dolor, pero cuando a ellos llega la prueba en la fe, en la castidad, en la pobreza, en la obediencia, dicen: “salgo de este estado porque Dios se equivocó.”
Pero Yo os digo que mi elección es eterna en cualquier sacramento.
Pero ellos, letrados filosóficos y teológicos, luchan en su verdad, aclarando su verdad sin decir la verdad de su verdad que viven en el interior de su ser.
30 de agosto de 1982.
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