Exorcismo general a todos los que quieran perjudicarte. 
La paz del Señor habite en esta casa. 
Todo lo que sufras, ofrécelo para mi gloria. 
No te importe el qué dirán. 
Piensa que tu Dios está en ti, habita en ti y te ama. 
Consuélame al sufrir. 
 
                                           .          .          . 
 
Yo te guío. 
Yo te amo. 
Ámame como Yo te amo. 
Piensa en Mí, sólo en Mí. 
Recógete para Mí. 
Te amo y te necesito. 
 
Dile que sea firme en su pensar. 
Que no pierda la paz. 
Que refleje mi amor. 
Que sea prudente al hablar. 
Que lo haga pensando en la gloria de mi Padre. 
 
Amor al Padre. 
Consuelo al Hijo y atención al Espíritu del Padre. 
Te quiero sólo para Mí, aunque el mundo quiera lo contrario. 
 
                                        .          .          . 
 
–“Señor, tengo miedo.” 
No temas, porque Yo soy tu paz y tu calma. 
No te apartes de Mí. 
Yo soy tu vida y tu fuerza. 
Ámame. 
Alábame siempre. 
 
 
 
24 de diciembre de 1980.