¿Hasta cuándo podrás resistirte a hacer mi voluntad? 
No flaquees. Decídete. 
Vive de amor y en el deseo de ser perfecta para tu Dios. 
Estoy esperando tu decisión, que es primordial para mi Obra. 
Decídete, hija mía. 
Sé locuaz para tu Dios. 
Piensa, alma mía, que en la paz y en el silencio estoy Yo. 
Basta ya de indecisiones. 
Necesito de tu entrega para colmarte de dones. 
 
Dile que te explique en qué consiste: 
 
el ser silencioso en Dios y para Dios, 
el ser virtuoso,  
el ser amante, 
el vivir en oración y comunicación, 
el vivir en pobreza, castidad y amor, 
el ser una con Dios, 
el realizarte en mi amor, 
el perfeccionar tus inclinaciones, 
el transportar tu alma hacia lo infinito, 
el transfigurar esa alma, 
el subsistir en medio de este mundo, 
el vivir en paz en medio de tanta guerra, 
el valorar al Dios altísimo, 
el llenarte de Mí, 
el compenetrarte Conmigo, 
el ser auténtica para Mí. 
 
Dile también que te enseñe: 
 
el medio por el que tu mente aprenda a ordenar sus deseos, a vivirlos y a practicarlos, 
cómo es el auténtico perfeccionamiento, 
cómo es el alma de verdadera caridad y oración. 
 
Que te ayude a ser: 
 
alma silenciosa y más amante, 
alma alegre y sedienta de Mi amor, 
alma pura en el amor, y 
alma amantísima de este tu amor. 
 
Te voy a apartar de todo lo que provoque en ti desasosiego, para que te prepares solícitamente a la unión perfecta de mi amor. 
Quiero y es mi voluntad que leas y releas a Juan de la Cruz, porque ahí está lo que es el deseo oculto de tu alma. 
Ahí te identificarás en tus ambiciones; ahí oirás con plenitud mi llamado; y ahí encontrarás la luz que tú siempre has buscado. 
 
Dile que te perfeccione y que te ilustre en Juan de la Cruz, y que él viva, junto contigo, mi deseo y lo intensifique; porque ya no se vive ni se valora aquella soledad en que mis almas se han encumbrado a la santidad. 
Se vive la vida monacal con insipidez y mediocridad. 
Se dan un poco a Mí, y no con plenitud. 
Se vive en la opulencia, y se dice es pobreza actual de nuestro tiempo. 
Se dicen ser pobre, pero en realidad viven sin honestidad en la presencia de un Dios, al que ninguna criatura, por astuta que sea, puede engañar. 
Se desvaloran los sentimientos humanos hasta pisotear la dignidad del hombre. 
Se encubre con caretas invisibles las cosas del mundo. 
 
Vive, pues, alma mía, sin engañarte y sin pensar en engañar a Dios y a los demás. 
Date todo al Dios perfectísimo. 
Vive el amor y sé auténtica. 
Valora lo que eres y deseas. 
Pon toda tu voluntad en hacer mi voluntad. 
Solventa lo que el hombre ha hecho de monasterios llenos de lujo, en los que tiene plenamente su poderío la vanidad y la soberbia solapadas bajo la palabra ‘necesidad’. 
Vive el voto de pobreza, castidad y obediencia. 
Sigue mis Consejos Evangélicos y encontrarás paz, belleza, hermosura y santidad. 
Sé alma que vives en el mundo, sin que te llenes de ese mundo. 
No seas parte del farandulismo. 
Vive pobre, para ser rica. 
Vive pura, para ser más virgen. 
Vive obediente, para morir como Yo en cruz y resucitar para gozar. 
Vive en soledad, para que en ti reine la alegría, y en tu ser brote la verdadera armonía. 
Ama y serás amada. 
Os amo como a pequeños. 
 
No seáis insensatos y buscad la verdadera vida. 
Ahí podréis penetrar en la alegría infinita que os espera. 
 
—Aquí comenzamos a hablar de San Juan de la Cruz y le decía al Padre que yo ya le conocía. Y el Señor me dijo las palabras exactas que fueron las siguientes: 
 
Es una visión sin reflejos palpables, pero que es realidad perfectísima, que el alma ve con los ojos invisibles del alma y que son autenticidad y realidad. 
Por la voz interior, por medio de una infusión divina, ve y palpa a la persona que escucha, la conoce y de inmediato sabe cómo es y quién es. 
Dios sabe el cómo dar para ser amado. 
Yo soy luz infinita. 
Soy don que se da como se quiere a la amada. 
Soy invisible (para unas almas) y visible (para otras). 
Soy Dios eterno e infinito. 
Soy Dios potestad, majestad de amor, y misericordia. 
 
 
28 de Agosto de 1981.