Mi Consuelo

(Estando cantándole a mi Dios: “Por sólo tus amores – Jesús mi bien Amado 
                                                     En ti mi vida puse – mi gloria y porvenir. 
                                                     Y ya que para el mundo – soy una flor marchita 
                                                      no tengo más anhelo – que amándote morir” (Sta. Teresita) 
 
me dice el Señor: 
 
¡Qué feliz me haces, oyéndote cantar con tanto amor para Mí! 
Soy el Dios feliz y me haces derramar lágrimas de felicidad. 
Soy tu Dios amor. Ámame. 
 
(Cuando le canto a mi Dios, al hacerlo siento decirle: aquí está en este humilde canto mi amor, todo mi ser. Te amo. Tómalo y siento deseos de entregarme a Él por medio de mi cantar y sacarme el corazón y entregárselo y volar hacia Él con todo mi pensamiento y voluntad, y abrazarme a Él cantándole y recostarme en su regazo, murmullando a su oído mi canto, y besarle y manifestarle todo lo que siento por Él. Es un amor muy profundo que hace estremecer las entrañas de mi ser). 
 
¡Me haces tan feliz! 
Eres como una margarita. 
Yo soy el centro y tú los pétalos de esa flor que es tu alma abierta para Mí. 
Cuando te portas así me das felicidad y alegras mi corazón. Y tu Dios piensa: 
“No todo lo creado es maldad. 
Allá en la tierra hay alguien que me ama. Voy a buscarla para que me dé su amor. 
Dámelo siempre. Da alegría a este tu Dios. 
¡Gracias por amarme! Te amo.” 
 
(El Señor me explicó: “Yo soy lo amarillento de la margarita y tú lo blanco”). 
 
Le ofrecí mi cantar, brindándoselo a Él, y me contestó:  
 
¡Gracias por ser tan gentil con tu Dios! – Y sentí su sonreír. 
Señor, con tan poco te conformas. 
 
Me haces sentir el Dios amado. 
Cántame con la alegría de tu corazón. 
No te fijes en tu voz. Yo me fijo en tu amor. (¡Gracias Señor por tu amor!) 
¡Qué agradeces, si soy todo para ti! 
Vuela, vuela hacia Mí, que estoy sediento de ti. 
Tu canto es un murmullo que suaviza mi dolor. (Estábamos repitiendo: “Por sólo tus amores”.) 
                                                         .     .     . 
Al ver su Pasión en la T.V.: 
“He venido a enseñar la ley del amor y de la verdad”. 
 
 
 
11 de marzo de 1981. 

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