El alma –te diré un semejanza para que puedas comprender- es como un manantial del cual brotan destellos de gotas multicolores; y aunque parecen de diferentes colores son del mismo manantial.
Yo soy la roca firme de donde brota ese manantial, pero son tantas y tan diferentes las imperfecciones que aquejan al alma que, muchas veces, aún sintiendo amor y gratitud a aquella roca que le dio vida y fuerza, el alma se vuelve en contra de aquella roca que le dio su existencia; y aunque vive prendida de la roca, muchas veces por falta de verdadero amor, de auténtica gratitud y de perseverancia a causa de sus muchas imperfecciones deja de vislumbrar aquellas imperfecciones a las cuales está atada y las cuales quiere arrancar; pero en la lucha del bien y del mal, el alma muchas veces sucumbe ante lo imperfecto, aun a sabiendas de que lastima con sus movimientos y arrebatos a la roca, fuente de vida, bienestar y seguridad.
13 de Abril de 1982.
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