Estoy entre vosotros, para vosotros.
Tiembla el fuego ardiente de mi amor hacia los dos. Es como cuando hay un incendio terrible que quiere destrozar o destruir; parece que las llamas tiemblan para extenderse más. Así mi amor tiembla de deseo de ser aceptado y amado.
Os impregnaré de dones celestiales.
Os guiaré hacia la mansión de la Trinidad.
Sacrificaos en oblación para ser perfecta comunión con vuestro Dios.
Este es el abrazo prometido a vosotros, mis amados y mis muy queridas esposas en el amor infinito e incomprensible de vuestro Dios.
Gloria, alabanza y honor a Dios Trinidad Augusta, que os ama con amor encendido en llamas de fuego ardiente que os refrescará y os saciará.
Yo soy el Padre.
Yo soy Jesús.
Yo soy el Espíritu del Padre.
Elevad vuestro espíritu hacia Mí, el crucificado por vuestro amor.
Aclamadme, almas silenciosas, y calmad mi ardorosa sed de amor.
Necesito de vosotros.
Elevad vuestro espíritu en fe y oración.
Dirigid vuestra mirada y todo vuestro pensar hacia Mí, que soy la consolación.
Yo, el Dios del amor, os suplico amor, abnegación, pulcritud de vuestra alma, auténtica perfección, sublime oración, y virtuosa soledad.
Mirad que mi yugo es suave.
Bienaventurados los que siguen mi camino y escuchan mis palabras.
Proclamad mi gloria con cánticos y alabadme dándoos, en don absoluto a vuestro Dios.
No invitéis a vuestro Dios a que se aleje de vosotros.
Yo soy el ser supremo y absoluto.
Glorificadme.
Sed fieles y sencillos.
Sed bondadosos.
Sed santos.
Alabadme.
Socorred a vuestro Amado.
Os suplico vuestra completa entrega.
Mirad mi amor, y valorad si hay amor más grande y generoso que el mío.
Encerrad vuestros deseos en los míos.
Penetrad en mi costado que se abre ante vosotros para que penetréis en él; y ahí, unidos en un supremo amor, alma y Dios unidos perpetuamente, sean siempre un solo amor.
Acrisolad vuestras pasiones y malas inclinaciones.
Sosegad vuestro entendimiento y llenadlo de la palabra de Dios.
Transformad vuestro ser.
Quemad y destruid todo lo adverso a mi deseo.
Palpitad de amor por Mí.
¡Soledad, siempre soledad!
Es algo sublime y esencial para perpetuar mi absoluta entrega y perpetuar mi amor.
Sed fieles a mis palabras.
Sed caritativos y absolutos para vuestro Dios.
Pensad y creed que vuestro Dios y Señor os prefiere por amor a todo lo creado.
Arrullad vuestra alma con el canto místico del amor en Dios.
No careced de fe; pedid su aumento y vivid de fe.
Disolved todo lo imperfecto.
Desead lo elevado: es decir, mirad hacia lo alto.
Volad en cuerpo y alma siempre hacia Mí.
Yo os amo.
Clamad al Padre, que su don es generoso y su amor fiel y sublime.
Enriqueceos del Espíritu que os fortalecerá y encenderá todo vuestro ser como antorchas, encendidas de deseos de suma perfección.
Dirigíos a Mí.
Yo soy el Espíritu Santo.
El que quema todo lo que no es según la voluntad del Padre.
Yo soy la suavidad.
Yo soy la hermosura.
Yo soy la esencia pura e inmaculada del ser de Dios.
Yo soy la absoluta perfección.
Volad, almas deseosas de amor y consuelo, hacia mi regazo.
Yo os amo.
Yo saciaré y refrescaré vuestra alma.
No olvidéis vuestra entrega.
Sed fieles.
Venid a Mí.
Os deseo con plenitud.
Yo os cobijaré bajo mi regazo.
Mis dones caerán como lluvia de fuego que quema sin dañar y que enciende sin quemar.
Yo soy el ser de Dios.
Yo soy el santo, el amor, la omnipotencia, la felicidad, la mansedumbre.
Yo soy la oblación del Hijo al Padre.
Yo soy el deseo del Padre.
Yo soy la unión y transmisión del amor del Padre al Hijo.
Venid a Mí, que os haré coherederos de la herencia del Padre.
Confirmaos en el amor de Él.
¡Oh criaturas todas! ¡Clamad a Mí!
Yo soy el fuego.
Yo, el amor.
Yo, la eternidad.
Yo, la invisibilidad, Yo, la realidad.
Yo, el misterio de Dios.
Os amo y deseo la comunión de vosotros en Mí, por Mí y para Mí.
Yo soy la luz de la tierra: no os desampararé.
Confortaos con mi presencia.
Llenad todo vuestro ser del fuego de mi amor.
Volad hacia Mí. Yo os dejaré en unión del Padre y del Hijo por toda la eternidad.
Glorificadme.
Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu de amor.
A Mí siempre sea dada la honra y el amor.
7 de junio de 1981.
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