Seréis bienaventurados de la gloria de mi Padre, cuando os transfiguréis en cristos vivientes que transformen la tierra.
Yo soy la fuente; vosotros las pequeñas fuentecillas de esa fuente de agua viva.
Mi gloria es inmensa y eterna; pero para merecer esa gloria hay que transformarse por amor, y subir a la cima de ese amor, y quedarse ahí contemplando al Amor.
La vida sin entrega completa a Mí es tan superflua y mediocre…
La vida en Mí es eternidad consumada; es ver frente a frente al dueño y señor de todo lo creado.
Vivid de fe y para la fe, deseando y suspirando por el Padre que habita en lo alto desde la eternidad.
Consumíos de amor.
No entristezcáis al Espíritu confortador.
Uníos a Él.
Él es el aposentador.
El dador de todo bien.
El que se recrea en Él será grande en el Reino del Padre.
Alegraos en Mí.
Sufrid por Mí y para Mí.
Vivid en comunión con el verdadero Dios.
Administrad vuestra vida glorificándome y alabándome.
Perfeccionaos en el amor.
Sed caudillos de mi amor.
Yo os conforto y os amo.
Si sois fieles a mi amor seréis mis eternos amados.
El Dios de la casa de David es el que está aquí.
El que habita en vosotros.
Yo, el eterno Dios, el habitador incansable del hombre.
Recibid el bienestar, confort y amor de vustro Dios.
La victoria será para Mí, si vosotros suplicáis al Padre con fe inquebrantable y con paz.
Oración en fe.
Oración de amor.
Oración de sacrificio.
Oración de súplica.
Oración de amor.
¡Cuánto os deseo!
Glorificadme en vuestros corazones.
Reuníos por Mí y para Mí.
Hablad de Mí.
Recibidme a Mí.
Sólo Yo seré el único que os conforte y que os llene de todo bien.
Miradme en actitud suplicante.
Yo soy el único, el eterno, el Amado del Padre.
Quiero amaros.
Amadme.
Yo soy la víctima sacrificada como holocausto por amor a vosotros.
Señalad al mundo mi dolor de amor.
¡Oh cuánto dolor!
Yo, el inmenso, os pido vuestra dádiva de amor.
Mirad: si el mundo os aborrece, Yo os ensalzaré.
Mirad la vanidad que os puede ensalzar: rechazadla.
La humildad os hará coherederos de la gloria de mi Padre.
Purificad vuestras mentes.
Llenad todo vuestro ser de vuestro Dios.
Iluminad la tierra de amor.
No os humilléis ante vuestro enemigo y el mío.
A ése vosotros debéis destruirlo con oración y penitencia.
Flagelad vuestras pasiones, si es preciso.
Destruid todo vuestro ser, si ofendéis a vuestro Dios.
El alma transformada llenará de suave aroma la tierra.
No retrocedáis: al contrario, adelantaos a los demás.
Vivid en amor y haced todo por amor.
No miréis con desprecio al pecador: amadle como Yo le amo.
Consoladme siendo dóciles a Mí, y siendo humildes, siempre humildes.
Saboread lo que es Dios con vuestra completa entrega.
No seáis como filminas que pasan desapercibidas por vuestra infidelidad.
Sed sinceros en Mí.
Llenad vuestra mente de Mí.
Corazones duros, que habitáis en esta tierra, mirad que vuestro Dios clama desde lo alto.
No muráis sólo superficialmente para Mí.
Morid del todo al mundo.
Amadme.
Yo os amo.
Glorificadme y Yo os glorificaré.
Purificaos y transformaos.
No penséis en vosotros, pensad en Aquel que os ama.
Bendecid al que no os comprenda.
Loor a Mí.
Yo, el bendito, os amo.
Paz y amor.
27 de enero de 1981.
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